jueves, 19 de mayo de 2011

SOBRE MIS PREFERENCIAS MUSICALES


Hoy quiero hablar un poco sobre mis gustos musicales, para plantear un tema que considero importante por estos días donde hay tanta música por escuchar con diferente calidad alta y baja, no lo hago para intentar presumir sobre mis preferencias musicales ni mucho menos, lo hago con el único fin de exponer un tema desde una vivencia personal, y que espero que cada lector encuentre puntos de encuentro o bien puntos de discusión para propiciar un debate si se quiere.

Desde hace un tiempo hacia acá, influenciado por escuchar de forma constante y detallada la música andina colombiana (MAC) tomé la decisión de escuchar en mis momentos personales y de concentración, música bien elaborada para aprovechar la riqueza no solo musical e intelectual que tienen ciertas músicas, porque la música ayuda a pensar diferente y también puede decirse que ayuda a abrir los sentidos porque no basta con simplemente escuchar, hay que sentir la música bien hecha para poder disfrutarla totalmente.

Y ¿Qué es la música elaborada? Se podrían preguntar algunos, desde mi criterio personal es aquella música que cuenta con una riqueza instrumental, no solo en la cantidad de instrumentos utilizados sino en la ejecución de dichos instrumentos, además de tener voces (cuando las tiene) cualificadas que se siente la diferencia con otras con solo percibirlas una vez. Dentro de estas músicas elaboradas que personalmente trato de  escuchar (aunque reconozco sin ningún problema que en la gran mayoría no sé qué ritmo estoy escuchando o qué compositor es) Jazz, Música Clásica, Bossa Nova y algo de Rock. Porque encuentro en estas propuestas y en otras más una riqueza intelectual realmente interesante y que aporta para la vida.

Pero sin lugar a dudas, la música que prefiero escuchar es la MAC no solo porque tengo un mediano conocimiento sobre su origen y elaboración también la escucho porque encontré una la posibilidad de hacer lectura de la realidad colombiana, así mismo porque disfruto de lo que alguna vez denominé aquí como un “saborcito” en las formas de interpretación y en una la riqueza musical evidente.

También hay música que procuro no escuchar salvo que no pueda evitarlo, por considerar que no aporta mucho a construir una consciencia sobre lo que escucha solo en letras sino en lo estrictamente musical. Ritmos como el Punk por su estridencia y por ese concepto de podredumbre implícito que personalmente me genera repulsión inmediata, también la mal llamada “música popular” por el discurso visible de “vida fácil” y porque a todas luces se nota que no hay el más mínimo esfuerzo por tener una calidad vocal e instrumental como forma de respeto a que recibe quien escucha, el Pop que me parece que abusa del concepto del amor, llevándolo al extremos ya que plantea la tragedia cuando hay ausencia de este y por la excesiva “melosería” y “dulzura” cuando se está enamorado. Finalmente, tampoco encuentro mucha afinidad con la música electrónica por considerarlo falta de sentido más allá de bailar durante horas.

Es por todo lo anterior, que disfruto con las aquellas propuestas musicales que permiten ver más allá de una voz, me gusta buscar cada instrumento, reconocer buenas voces articuladas a una buena historia o a una idea quizás diferente o que por lo menos tenga la capacidad de expresar lo que ya se ha dicho pero de forma alterna a lo tradicional, ese es quizás el secreto que esconden nuestras músicas tradicionales porque es la forma de contar la historia echando mano de la diversidad cultural colombiana.  

1 comentario:

  1. Por cambiar, por saber algo "nuevo", entré un día con Andrés a escuchar MAC, y me encantó, aunque estoy lejos de conocer o gustar de este tipo de música como los más "doctos" me parece que en realidad colabora de una forma excepcional a encontrar en lo más sencillo, lo más bello. Y nuestros gustos mucho dicen de nuestra vida... de modo que a escuchar música elaborada y pop!... JAJAJAJAJJAJA
    Uchi!

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