lunes, 8 de febrero de 2021

ETNOGRAFÍA MUSICAL

 

Desde que decidí asumir la música como objeto de estudio sociológico he venido analizando distintos métodos de investigación que me permitan dar cuenta de los elementos sociológicos adyacentes y encontré en la etnografía el recurso más pertinente para hacer un proceso investigativo capaz de ver símbolos, instrumentos musicales y letras de canciones como una forma de acceder al conocimiento

Antes que nada, es importante tener claro que es la etnografía: Método de estudio utilizado por las ciencias sociales para describir las costumbres y tradiciones de un grupo humano. Este estudio ayuda a conocer la identidad de una comunidad humana que se desenvuelve en un ámbito sociocultural concreto

Los orígenes de esta ciencia, están en la antropología la cuál empezó a utilizar la etnografía como método de investigación, posteriormente ciencias sociales como la sociología la utilizaron también como lo expresa el sociólogo Anthony Giddens, la etnografía es «el estudio directo de personas y grupos durante un cierto periodo, utilizando la observación participante o las entrevistas para conocer su comportamiento social». Registrando una imagen realista y fiel del grupo estudiado, el trabajo de campo resulta ser una herramienta imprescindible.

 Después de conocer someramente qué es la etnografía, surge la pregunta ¿Cómo articular la observación a la lectura social de la música? Pues bien, para mi actual proceso de investigación he articulado la interpretación del contexto de las composiciones, así mismo como a analizar detalladamente el contenido de las letras de las canciones, conectando lo expresado en los textos con el momento cuando fueron escritos, así mismo con las características de otras composiciones de quienes escriben las canciones.   

Además de lo anterior, la observación de los instrumentos musicales, comprendiendo su origen y su organización con otros instrumentos en la interpretación de un ritmo musical determinado, ahí también hay una fuente de información importante. A este proceso lo he nombrado como etnografía musical.

Para hacer esta  “etnografía musical”, es primordial entender la música como una construcción social y cultural, de la cual se desprenden otras prácticas culturales, incluso procurando hacer un acercamiento al capital cultural de los compositores o de las personas que escuchan un x o y estilo de música.

Hagamos un ejercicio sencillo de etnografía musical con un fragmento de un pasillo colombiano que habla de desplazamiento forzado.

Canción: Viejo Tolima

Compositor: Rodrigo Silva

Ritmo: Pasillo

Como añoro y recuerdo al viejo Tolima,
como con mi morena podía vivir,
hasta que en una tarde de crudo invierno,
tuve que con mi negra, salir de allí.

Me quitaron el rancho con las vaquitas,
y aunque eran tan poquitas, eran de mí,
como te extraño entonces viejo Tolima,

como quisiera ahora volver allí. 

Aquí vemos que quien narra la historia es alguien que la vivió porque está en primera persona, habla de un suceso específico “Hasta que en una tarde de crudo invierno, tuve que con mi negra, salir de allí” esto es importante contrastarlo con el contexto del compositor y nos damos cuenta que quien escribió la canción nació en Neiva – Huila en 1944. Esta zona del país, fue denominado Tolima grande hasta mediados del siglo XX y en esta zona precisamente sufrió la época de la violencia política así como la guerra de guerrillas.

Los datos anteriormente expresados nos permiten evidenciar lo sucedía en el campo colombiano en la segunda mitad del siglo XX. Con solo dos párrafos se puede entender como son las dinámicas de desplazamiento forzado en Colombia.

La etnografía, permite ese tipo de lecturas, permite hallar información escondida en lo simbólico. De hecho, hay una línea de profundización de las ciencias sociales en su lectura de la música que se llama Etnomusicología, la cual expone muchos más elementos de los que se puede hacer con la etnografía musical.

Y es así como he logrado articular la etnografía como método de investigación al análisis social de la música.


viernes, 29 de mayo de 2020

NUEVA ETAPA DE TIPLE COLGADO

Desde el año 2009 que empecé escribiendo en este blog, lo hice con el único fin de difundir la Música Andina Colombiana (MAC) plasmando por escrito algunas percepciones que uno tiene como oyente. Con el paso de los años, fui aportando algunas perspectivas sociales que me surgían en el ejercicio de escuchar de manera sistemática y hasta con algunos aspectos académicos de mi profesión. A continuación, contaré un poco de la nueva faceta de Tiple Colgado y al final hay una invitación muy especial.

Desde hace poco más de un mes decidí a empezar a grabar unos programas primero en formato de podcast y ahora en video, para ya no solo compartir las perspectivas sociales de la MAC, sino de las músicas colombianas, pero con una intención pedagógica, estoy buscando nuevos públicos para propuestas musicales que usualmente se quedan en un grupo pequeño que es conocedor, pero que poco difunde la música a la que tiene acceso.
La decisión de llegar a nuevos públicos surge por la necesidad de buscar que las personas conozcan el verdadero valor cultural y social que tiene la música. Y la pedagogía puede ser un vehículo valioso. Aunque parezca extraño, es necesario enseñar nuestras músicas, pero más allá de lo musical, hay que ayudar a entender sus orígenes, porque no pueden ser puras, evidenciar su mestizaje y buscar elementos de conexión emocional entre lo que se escucha y lo que se ha vivido.


Si bien quiero llegar a nuevos públicos me gustaría que este blog vuelva a ser, como en algún momento lo fue, un espacio de discusión entre expertos, entre ese grupo que escucha las propuestas recientes, que conoce los repertorios, así como quienes les gusta hacer una lectura crítica de lo que escuchan. El objetivo, es construir una gran conversación sobre las músicas tradicionales que pueda poner en el mismo espacio a quienes apenas se están acercando con expertos, músicos del medio de las músicas colombianas, público conocedor y difusores. Es hora de empezar a hacer un trabajo conjunto y quiero poner este espacio a disposición de esa conversación.  


Por todo lo anterior, a partir de este momento este espacio está abierto para todo quien desee expresar una opinión sobre las músicas colombianas, no importa que tanto conoce, lo importante es poner un tema sobre la mesa para dialogar y fortalecer el ejercicio pedagógico de aprender de lo nuestro. Si usted desea publicar un texto en este blog escriba a tiplecolgado@gmail.com y nos ponemos de acuerdo. 

sábado, 18 de abril de 2020

CARIBE: MÚSICA, SONIDOS Y CULTURAS


Para nadie es un secreto que Colombia es un país sumamente diverso no solo desde lo geográfico, sino en lo cultural. Cuando se analiza cada zona del país en su interior se encuentra que ahí mismo también hay división de culturas. En este texto quiero hablar de las divisiones culturales al interior del caribe colombiano a partir de la música, tomando como punto de partida que el caribe es más que vallenato.

El crecimiento comercial del vallenato en los últimos 30 años trajo consigo un reconocimiento nacional que se evidenció en series de televisión, grupos de vallenato del interior, los intérpretes de vallenato como personajes importantes en la en los medios de comunicación nacional. Es decir, el vallenato tuvo un impacto enorme cultura popular colombiana, pero a su vez empezó a crear un imaginario que la costa caribe solo era género musical.  Aspecto que es totalmente errado, porque si algo tienen la costa norte de Colombia es una cantidad de manifestaciones musicales muchas ancestrales como la música de gaitas y otras contemporáneas como la champeta. Esta última está categorizada como una de las músicas colombianas porque nació en el barrio bazurto en Cartagena y se fortaleció con el fenómeno de picotero.

Para comprender la diversidad musical de la costa norte colombiana es importante ver la película de 2009 Los Viajes del Viento del director Ciro Guerra, quien con una maravillosa historia muestra una cantidad manifestaciones musicales donde el vallenato es solo la punta del Iceberg. En este enlace está completa https://www.youtube.com/watch?v=Ns8ZHoWw8WE. Viéndola se comprende los formatos, los instrumentos pero sobre todo la cantidad de variedad musical que habita en la zona norte de Colombia desde una perspectiva cultural.

Hacer el reconocimiento cultural de la diversidad del Caribe colombiano, sin duda contribuye a ampliar las perspectivas en las percepciones que se tienen del país, así como en algún momento se logró entender que lo colombiano era más que lo andino. Que en los litorales, y en los llanos hay unas construcciones culturales que también resultan tener el concepto de lo propio.

Como conclusión, puede decirse lograr entender lo colombiano desde la diversidad es un paso importante para la elaboración de un concepto de identidad nacional, que vaya más de los símbolos (populares, institucionales o regionales) para realmente construya un proceso de comprender un concepto que aún hoy resulta confuso, inestable y manipulado.

Para finalizar, quiero invitarles a escuchar los podcast "Aprendamos de nuestras músicas en Tiple Colgado" que estoy haciendo para generar un proceso de conocimiento compartido de las músicas colombianas. Así mismo, los invito a darle like a la página de Tiple Colgado en Facebook para que estén pendientes tanto de las entradas del blog como de los podcast. No olviden suscribirse al canal de youtube. 
https://www.youtube.com/watch?v=gCG62gg8Oks&t=4s

viernes, 10 de abril de 2020

PERSPECTIVAS SOCIALES DE LAS MÚSICAS COLOMBIANAS


Cuando hace más o menos de dos años me invitaron a hacer parte de la emisora virtual Folklore Radio con un programa asociado al nombre de mi blog Tiple Colgado empecé a buscar una frase que definiera un poco la intención que deseaba darle al programa. Frase que a la postre resume el trabajo de fondo que hago con la difusión de la música tradicional colombiana desde más de 10 años. La frase perspectivas sociales de las músicas colombianas, resume la unión entre mi formación académica como sociólogo con la pasión por las músicas tradicionales del país, especialmente la música andina colombiana. Pues bien, en este texto haré una breve disertación sobre la necesidad de ir más allá de lo musical en las mencionadas músicas.

Hay que tomar como punto de partida que la música es una construcción cultural, la cual es tan dinámica como la sociedad misma, para nadie es un secreto la estrecha relación entre los cambios socioculturales y grandes fenómenos musicales. El ejemplo más sencillo es el rock, si bien tenía antecedentes en el Charleston, jazz y el blues, es todo el movimiento social de los 60 es quien lo dispara como música rebelde, no se puede olvidar que el rock fue la banda sonora de los movimientos sociales del 68 en todo el mundo. Si bien había otras músicas en la escena del movimiento social, el rock representaba a los jóvenes de esa generación en cientos de aspectos expresados en los sonidos eléctricos del rock.

Las músicas colombianas tampoco son ajenas a la realidad en la cual se han desenvuelto, por ejemplo; no es gratuito que el papel proactivo de la mujer en la música se haya disparado finalizando los años setenta en medio de la revolución femenina. Así como la relación de los grandes duetos de la música andina colombiana con el contexto rural predominante del país en los años cincuenta. Tampoco se puede desligar el aporte en la descripción de dinámicas de trabajo que realiza la música llanera.

Sin lugar a dudas, la mayor expresión del estrecho vínculo entre música y sociedad está en la tri-etnicidad que se evidencia en los formatos tradicionales de los grupos de todas las músicas colombianas. Ya que la percusión en todos los casos tiene origen africano, así como los instrumentos de origen europeo aparecen en todas las expresiones musicales del país. Y la herencia indígena se hace presente en instrumentos como la guacharaca (normalmente utilizada en el vallenato y la carranga), las sampoñas, la flauta de millo, entre otros tantos. Y que siempre están mezclados, dando cuenta sonora de la unión de tres etnias que en Latinoamérica se fusionaron para crear una sociedad.

Tomando en cuenta todo lo anterior es que a partir de este momento los textos publicados en este espacio van a ser eso, perspectivas sociales de nuestras músicas que buscan generar un espacio de diálogo entre músicos, investigadores, amantes de la música y todo quien desee hacer parte de una conversación interdisciplinar que pueda de alguna manera responder a las necesidades de visibilización de debates que a menudo se dan en grupos cerrados. ¡Sigan!

sábado, 22 de septiembre de 2018

MIGRAR CON LA CULTURA

Para nadie es un secreto que la migración de ciudadanos venezolanos a Colombia es un tema que genera distintos debates, pero por sobre todo nos estamos enfrentando a una realidad que el país desconocía, fundamentalmente por ser un país que genera migraciones hacia el exterior, pero que no sabía que es recibir a personas de otros lugares en situación de ilegalidad (en miles de ocasiones) y que de alguna u otra manera entran a hacer parte de las dinámicas cotidianas de cada quien. Pues bien, hoy quiero abordar este tema a la luz de la música. Es decir, quiero iniciar un diálogo sobre la necesidad de asumir a los migrantes desde el afecto y el respeto por su situación, sustentado en lo que en términos de construcciones culturales genera el tener que migrar.

Desde hace unos meses traigo un interés por evidenciar muchos de los aspectos positivos que le genera a un país como Colombia tener en su interior un proceso de migración de ciudadanos de otros países. Como forma de combatir la incompresible ola de xenofobia que se está presentando.

Esto se generó porque pude compartir con migrantes, especialmente con niños y jóvenes desde un ámbito laboral, allí pude evidenciar como quien sale de su país también trae en su maleta todas las construcciones culturales de su tierra. Desde eso, he tratado de entender desde el cariño y sobre todo desde el respeto: ¿Por qué un niño migrante de 12 años al encontrarse con otros en su misma circunstancia empieza a cantar algunas canciones típicas de su país? Y la respuesta termina siendo obvia: Porque siente que cantar sus canciones es una forma de conectarse a la distancia con lo propio y como muestra que aunque en el lugar donde llegó todo a todos le es desconocido, la música (en este caso) resulta ser una forma más de presentarse y representarse en una sociedad ajena.

Hace poco, mientras estaba en un transmilenio (caótico sistema de transporte masivo de la capital colombiana) se subió una pareja joven con una guitarra y un violín a cantar un par de canciones, una de ellas Alma Llanera, que es considerado el segundo himno del país hermano, con lo cual sin necesidad de hablar dijeron que eran venezolanos, y así hay cientos de personas por todo Colombia se están ganando la vida. Compartiendo sus saberes tradicionales, es decir compartiendo su cultura para ganarse la vida. Es igual cuando algún latino baila salsa en el metro de cualquier ciudad del mundo. Echa mano de la fama que tenemos de bailarines para sobrevivir en un mundo ajeno.

La música es solo un caso, podríamos hablar más con la comida y la posibilidad de conocer la cocina venezolana y a la vez poder ayudar alguna familia que seguramente está pasando por una situación compleja. 

Finalmente, invitación que hoy le hago al quien lee este texto es a acoger con afecto y sobre todo con respeto a todo lo positivo y valioso que los venezolanos nos están compartiendo en Colombia. Permítase escuchar la maravillosa música venezolana,  conozca un poco más de una cultura que resulta tener muchos puntos de encuentro con la nuestra. Y no olvide que ellos están pasando por circunstancias difíciles, muchas de ellas son las mismas que viven y han vivido desde siempre no solo los colombianos sino los latinoamericanos en muchas partes del mundo.  

lunes, 9 de abril de 2018

FORMAR NUEVOS PÚBLICOS, CUESTIÓN DE TODOS

En repetidas oportunidades he escuchado en escenarios cercanos a la Música Andina Colombiana (MAC) que es necesario generar nuevas audiencias y nuevos públicos para nuestra música, frente a este tema se han dicho muchas cosas desde hace varios años. Precisamente sobre este tema redundado y complejo quiero plasmar mi postura subjetiva como alguien que se ha planteado esa misma preocupación y que tiene unas percepciones respecto a las distintas visiones referentes al mismo tema.

Crear nuevos públicos es para muchas personas sencillamente lograr que gente joven escuche MAC, dejando por fuera a muchas personas de distintas edades que desconocen la realidad de la música tradicional de la región andina colombiana ya que para millones de colombianos la MAC se quedó en los años 50. Considero que es necesario abrir el espectro en lo generacional, porque en el mundo de hoy donde hay acceso a las músicas del mundo con facilidad se puede llegar a muchos públicos sabiendo utilizar las herramientas virtuales.

Se hace fundamental motivar a nuevas audiencias más allá de ver gente joven interpretando la MAC, labor que han motivado principalmente las universidades incluso más que los mismos festivales del género que solo brindan el espacio donde interpretar (tarea imprescindible, necesaria y que afortunadamente ha sido sistemática), mientras que la academia invita a la formación, la creación y el intercambio con otras músicas.

Sin duda, otro de los problemas evidentes frente a la creación de nuevos públicos es lo complejo que les resulta a muchas personas acceder a la MAC. Por ejemplo, para ir a los festivales hay que invertir una suma de recursos que un estudiante universitario no destina con facilidad para acercarse a un género musical. Una muestra clara fueron los precios de la boletería para el lanzamiento de la edición 2018 del festival Mono Núñez en Bogotá, donde la más económica era de $40.000, en la localidad más alejada al escenario. Aparte que se realizó en un lugar distante a todas las universidades. Por lo cual no hay porque extrañar el público asistente sea de un rango de edad alto, ese mismo que lleva años yendo a festivales, que conoce el género y que exige hasta a quienes amplifican el sonido del evento. Pero de gente joven con interés de conocer sus músicas colombianas no se ven muchos y menos si no tienen nada que ver con el contexto de los músicos.

Creo que todos tenemos la labor de acercar a los nuevos públicos. Considero que a los intérpretes de la MAC les falta mucha apropiación en medios virtuales, solo hay que ver que son muy pocos los intérpretes y compositores que hacen videos con edición y dirección de arte de sus obras, la gran mayoría se consuelan con lo que graban en conciertos o algunos videos caseros, pero producción estética como tal hay muy poco. Si se hace una comparación con otras músicas colombianas más comercializadas la brecha es evidente. Por ejemplo Carlos Vives (por poner un gran ejemplo visible) antes de lanzar un CD en físico ya tiene por lo menos un video en youtube y el resto del trabajo disponible en todas las plataformas (Spotifi, iTunes, Dezzer). En la MAC aún se depende mucho de la industria del disco.

Falta generar espacios donde se facilite la participación de un público poco conocedor, que busque que nuevas personas se acerquen a la MAC. Pareciera que nos gustan los públicos que ya están formados, conocedores y con la disposición permanente a asistir a todo. Nos faltan espacios de dialogo para compartir con otros, nos falta socializar en ambientes diversos, hay mucha endogamia en el medio producir eventos para nosotros mismos. ¿Por qué no soñar con el lanzamiento de un festival en un parque público o en una universidad? O lanzar un trabajo discográfico en simultánea por redes sociales y plataformas virtuales. Abrir espacios de dialogo por fuera de los festivales.

Para terminar hago la una invitación respetuosa: Hay que salirnos de los auditorios ya conocidos para cautivar nuevos públicos.

lunes, 4 de septiembre de 2017

ENTREGAR TIPLE, ENTREGAR EL LEGADO.

El pasado sábado 2 de Septiembre se llevó a cabo en el Museo Nacional de Bogotá, un concierto como preámbulo a un emotivo suceso que sin duda quedará para la historia de la música andina colombiana. El maestro David Puerta de 77 años (Ingeniero hidráulico y tiplista reconocido por haber escrito el libro Por Los Caminos del Tiple en 1988, y por toda la investigación que ha hecho sobre nuestro instrumento colombiano) decidió entregar su tiple y simbólicamente todo su legado al joven músico y tiplista Diego Bahamón.  

Este importantísimo hecho hubiera pasado inadvertido sino fuera por la estupenda idea del maestro Gustavo Adolfo Rengifo (Cantautor, tiplista, gestor cultural e ingeniero civil) de realizar un evento público para que muchas personas presenciaran lo emotivo y lo emblemático de dicho gesto. Y qué mejor forma de celebrar este suceso que teniendo como preámbulo un concierto de 4 de los más reconocidos tiplistas de la historia reciente del país: Oriol Caro, Lucas Saboya, Juan Pablo Hernández, Gustavo Adolfo Rengifo y por supuesto, Diego Bahamón. En el concierto cinco estilos diferentes de interpretar el tiple, 5 formas de expresar sentimientos con nuestro instrumento nacional se manifestaron, cada estilo maravilloso, lleno de referencias a otros tiplistas como evidencia de un estilo de vida construido alrededor de la música andina colombiana.

Al finalizar la intervención de estos 5 extraordinarios músicos, llegó el momento para el cual habíamos sido convocados: Presenciar como uno de los más grandes entregaba su legado a quien es sin duda uno de los músicos jóvenes más estudiosos del instrumento, toda la sabiduría del maestro David Puerta quedó en excelentes manos.

El maestro David, antes de entregar su tiple contó algunas anécdotas que nos permitieron entender que el instrumento no era cualquiera, especialmente cuando el propio dueño del tiple contó que la primera persona que tocó su tiple recién entregado fue el nada más ni nada menos que el gran maestro Jose A Morales en 1976 durante una tertulia en Ginebra Valle en los inicios de lo que después se llamó Festival Mono Núñez. No pude evitar emocionarme cuando el maestro Puerta empezó a interpretar  a capella un fragmento de Prefiero No Verte bambuco del maestro Jose A (https://www.youtube.com/watch?v=EOqONzjIO2g) haciendo alusión a la primera canción que se escuchó en su tiple.

Alguien se podrá preguntar ¿Por qué me emocioné tanto cuando el maestro Puerta interpretó ese fragmento del mencionado bambuco? Resulta que a esa obra le debo mi amor por la música andina colombiana. Este tipo de cosas siempre me recuerdan el profundo valor emocional que tiene la música.


Este grandioso momento para la historia de la música andina colombiana empezó a cerrarse cuando Diego después de un emotivo abrazo le dio las gracias públicamente al maestro David por haberle entregado por medio del tiple su legado y la misión de seguir construyendo la música tradicional de la región andina colombiana. Labor que sabemos que este joven, talentoso y estudioso músico continuará sin problema. El concierto no pudo terminar de mejor forma, con la interpretación de los cinco tiplistas de un clásico de nuestra música andina colombiana: Bochica de Francisco Cristancho.

domingo, 19 de marzo de 2017

EL CONTEXTO DE LA MÚSICA

Sin lugar a dudas a la hora de hablar de cualquiera de las músicas colombianas a partir del concepto de música tradicional o de una tradición cultural, se encuentran posturas tan diversas como las músicas mismas. Sobre una de esas posturas que como sociólogo y amante de la Música Andina Colombiana (MAC) me preocupa porque percibo que dividen, juzgan y niegan otras posturas igualmente valiosas, deseo escribir hoy, y a la vez abrir la posibilidad de un debate sano, sin visceralidades, ni ataques personales, que nos permitan dialogar alrededor de un tema que a todas luces es apasionante.
Antes de continuar, quisiera dejar claro que es la música tradicional desde un concepto sencillo y algo escueto para tener un punto de partida general: La música tradicional o música folclórica es la música que se transmite de generación en generación por vía oral (y hoy día también de manera académica) como una parte más de los valores y de la cultura de un pueblo. (Definición encontrada en Wikipedia). Tomando como base que la tradición es en sí misma es una construcción cultural, social y política, la música es la representación evidente de dicha construcción porque tiene elementos contextuales que dan a entender en qué momento histórico fue hecha. Mis apreciaciones de hoy no están ligadas al campo musical (sobre el cual no tengo conocimientos técnicos)

La postura que he venido observando en algunos conocedores de la MAC, incluso en músicos con amplia trayectoria, es que parece que entienden que la música tradicional es estática, porque argumentan que se debe componer e interpretar de una X o Y manera. Realizan fuertes críticas a las tendencias contemporáneas acusándolas como “eso no es música andina colombiana”. Lo cual si entendemos la música como expresión cultural, que va de la mano con los cambios sociales de cada país resulta ser una postura anacrónica y desconocedora de la profundidad social de esta. No se puede pretender que la música se  interprete igual que décadas atrás. Así hayan elementos eminentemente musicales que tienen que ser precisos, tampoco puede llenarse la música tradicional de elementos inamovibles e innegociables. Porque esto conllevaría a que no se puedan realizar nuevos proyectos, nuevas propuestas y formas diferentes de hacer e interpretar la MAC. Ya que no pueden salirse de un esquema que hay que repetir desde años atrás.

Creo que por visiones de este tipo es que en muchas emisoras la MAC sigue sonando solo en horarios de madrugada, porque aún se tiene en el imaginario de programadores y directores de emisoras que es una música para campesinos o para adultos mayores únicamente. De hecho, en este momento creo que en el campo ya es escuchan otro tipo de músicas. También considero que el imaginar la música tradicional de la región andina colombiana como algo particular de una época determinada o con ciertas ínfulas de élites y minorías privilegiadas ha generado que para acceder a esta música hay que ir a festivales (en los cuales hay algunos son los primeros promotores de la visión anacrónica y congelada de lo andino) del género porque en otros espacios no se consigue.


La MAC es una tradición en construcción permanente y por fortuna siempre inconclusa, que tiene cosas muy valiosas hechas desde principios del siglo XX, como en la época de oro de los 50, asimismo en la explosión de tendencias de los 90 y también con lo que hoy se hace que da cuenta de un mundo abierto a múltiples tendencias sociales a las que la música no escapa. Las músicas en cualquier parte del mundo siempre han ido de la mano de lo que sucede en su contexto. Por eso mismo están en permanente evolución y búsqueda. Por esto la música andina colombiana debe seguir reproduciendo el contexto cultural y social en el que se encuentra.

domingo, 20 de noviembre de 2016

#AlcaldelaCulturaNOseLiquida

Desde hace unas semanas atrás me enteré de la no solo sorpresiva, si no, para mi incomprensible decisión del alcalde de Pereira (Colombia) de acabar con el Instituto de Cultura y Turismo de la ciudad, y transformándolo en una secretaría, quitándole presupuesto, alcance y sobre todo echando al piso un proceso que desde hace algunos años está dando frutos visibles a nivel nacional.

Por eso, hoy esta entrada del blog está dedicada a este tema, no solo para manifestar mi desconcierto por la noticia, también, como apoyo a una cantidad de artistas y grupos musicales de la ciudad que conozco y admiro por todo lo que hacen por la cultura en la “Querendona, trasnochadora y morena” y que al parecer el alcalde desconoce.

Acabar con el instituto de cultura de Pereira en este momento significa que todos los procesos de formación artística (música, artes plásticas, teatro, etc) se suspenderán, que toda la cantidad de personas de todas las edades que hacen parte de este, no solo como integrantes de un grupo en formación, sino maestros, personal logístico, administrativos y demás personas que están detrás todos los frutos de los procesos artísticos públicos de la ciudad, quedan a la deriva, sin saber si continúan o no.  

Todo esto sin contar el impacto que esto pudiera tener por la que es en mi criterio la emisora de interés cultural más importante del eje cafetero, la Remigio Antonio Cañarte, que sin lugar a dudas difunde el trabajo realizado por grupos de toda la zona andina colombiana, empezando por los de la ciudad de Pereira, tales como Amaretto Ensamble, Trio Bachue, dueto Mejía y Valencia, Ana Sofía Quiceno, Orquesta de Cuerdas Pulsadas de Risarlda, Becao, Banda Sinfónica de Pereira, Estudiantina y Pre-estudiantina, Orquesta de guitarras A y B, Quinteto Majaban. Solo por mencionar algunos de los que hacen música andina colombiana. Y que todos ellos han tenido el apoyo del instituto en espacios, formación y respaldo a su trabajo.

Hay un aspecto que en medio de esta problemática me parece valioso y digno no solo de replicar, sino de reconocer públicamente. Es la unión del gremio de artistas en estos momentos, he visto por redes sociales a músicos, gestores culturales, periodistas, amantes de la música, familiares de músicos entre otros, volcados en las calles y visualizando por distintos medios cada uno de los grupos del instituto de cultura y mostrando su descontento con lo que pretende hacer el alcalde. Que importante es eso, que realmente se vea un gremio unido, que convoca, que se hace sentir y que se hace visible, dando cuenta que hay un engranaje. Esto puede ser aprovechado en múltiples aspectos, no solo para demostrarle a la administración municipal el error que está cometiendo, también conseguir recursos internacionales, exigir mejores condiciones a instituciones públicas y privadas, mostrar trabajo conjunto, realizar proyectos innovadores. Es decir, estar unidos como gremio tiene más beneficios que desventajas.    

Para terminar, quiero dejar claro que no pertenezco a ningún grupo político de la ciudad, no tengo interés alguno en criticar la gestión general del alcalde, de hecho, no soy de Pereira y tampoco vivo, ni he vivido allí. Apoyo esta causa porque conozco algunos de los frutos que ha dado, porque he visto a muchos músicos unidos evidenciando todo el movimiento cultural de “La Perla del Otún” y porque siempre defiendo todo lo afecte de alguna forma la música andina colombiana.  

Desde este espacio independiente y que se preocupa siempre por las manifestaciones culturales cercanas a la música andina colombiana, también digo: Alcalde, la cultura no se liquida.

jueves, 9 de junio de 2016

SUPERAR LA QUEJA

En los últimos meses he notado que en el medio de la Música Andina Colombiana (MAC) se están presentado dos cosas diferentes  y contradictorias pero que finalmente enriquecen el debate y la difusión de nuestras músicas. Y es sobre ese tema quiero compartir mis perspectivas. Es un tema que puede resultar espinoso y polémico, pero quiero dejar claro no es ningún ataque personal o por el trabajo de alguien. Solo son perspectivas subjetivas que hago como persona que escucha música andina colombiana permanentemente.

La situación es la siguiente: Aun hay un grupo de compositores, intérpretes y difusores de la MAC que critican, opinan, y hacen publicaciones en redes sociales, del porque esta música no suena en las emisoras comerciales, que por qué está relegada a las emisoras de interés público y cultural solamente. Situación que viene repitiéndose por años, y que para ser sincero considero que es un problema que no se solucionará jamás. La música andina colombiana difícilmente sonará en las emisoras comerciales. Pero para nadie es un secreto que la radio no es el único medio para difundir cualquier propuesta musical. Es más, me atrevo a decir que ya no es el principal medio para escuchar música. Pero desafortunadamente aún hay personas que parecen que no lo han descubierto o que por estar buscando peleas inhertes con los gigantes de la radio comercial se niegan a buscar otros espacios. Esta es la primera situación que quiero plantear.

La segunda situación que contrasta y hace todo lo contrario que lo anterior. Es un grupo (que va en aumento) de artistas y compositores que descubrieron que para visibilizar el trabajo hay que difundirlo por distintos medios, invirtiendo en la producción de videos, subiendo sus canciones a plataformas virtuales como iTunes, Spotify o Deezer, entre otras tantas. Son muchos los intérpretes y compositores que están echando mano de las herramientas tecnológicas actuales para mostrarse más allá de la radio. Grupos como Itinerante de Bogotá con su versión del conocido pasillo del maestro Lucho Bermudez Huracán (https://www.youtube.com/watch?v=H6voqMPeqsU) o como Hato Grande de Antioquia que subió su trabajo discográfico a Spotify, solistas como Maria Cristina Plata que comparte su trabajo en cada plataforma, también el reconocido dueto Primavera del departamento de Boyacá acaba de lanzar su video El Raquireño, (https://www.youtube.com/watch?v=zQMq5f_BCu0 ) haciendo todo un esfuerzo por producir un video bueno, sin esperar lo que salga de los eventos en los que participan. Compositoras como María Isabel Saavedra quien comparte permanente su trabajo en distintas plataformas y redes sociales.

El compartir el trabajo en espacios virtuales de manera permanente y con distintas obras garantiza que sean escuchados por distintos públicos.

Como conclusión deseo hacer una la invitación respetuosa a superar la queja y a dejar de esperar que pase lo que no ha pasado en los últimos 30 años, el mundo de hoy está brindando diferentes herramientas de fácil acceso y no muy costosos para producir audio y video de calidad, así mismo, cada vez hay más posibilidades para la producción independiente. Porque resulta facilista esperar a sonar en la radio en vez de invertir en producción, tomarse el tiempo de subir lo que se hace a las plataformas y permanecer en contacto con la gente más allá de un festival.

viernes, 8 de abril de 2016

EXACERBACIÓN POR LO NUESTRO

La música andina colombiana (MAC) ha hecho un aporte enorme a la historia del país no solo por lo que ha contado sino por toda la trayectoria que ha tenido como forma de expresión popular y académica, pero también es cierto que se han creado imaginarios y conceptos asociados a la búsqueda de identidad nacional, que ciertamente le han hecho daño, que la ha ocultado de miradas más abiertas incluso globalizadas que otras músicas tienen hace tiempo. Sobre ese tema es que hoy quiero referirme, como siempre, dejando claro que son expresiones subjetivas, abiertas constantemente al dialogo y que no pretenden ofender a nadie en especial, solo expresar una idea suelta.

La MAC en su modalidad vocal tiene canciones dedicadas a una multiplicidad de temas (como cualquier género musical), pero hay un tema al cual se le canta con muchísima frecuencia: al país, y su realidad (geográfica, política y de contexto), ya que por las connotaciones culturales que son generadas por ser un género de música tradicional, este se fundamenta en conceptos de identidad, lo que la facilita (la MAC) como herramienta de expresión de sentimientos musicalizados alrededor de un tema que ya resulta casi redundante dentro de lo andino colombiano.

Para escribir esta entrada realicé una pequeña búsqueda de las obras inéditas presentadas en festivales del género, encontrando una reiterada intención de “cantarle al país”  y en varias encontré algunas características particulares de escritura e ideas expresadas que generan cierta sospecha y en algunos casos certeza, que fue compuesta solo con el fin de presentarla a X festival para que gane, acudiendo a lo que puede denominarse “Patrioterismo” porque busca por medio de palabras y frases exacerbar un “sentimiento patrio” pero con argumentos poco profundos, cierto facilismo e ideas obvias, donde se descubre que más que un momento de inspiración de creación musical y literaria, la obra fue escrita para “ganar” un premio. Todo lo anterior, resulta reprochable, porque en mi criterio hace que se pierda el sentido de componer, de hacer arte, de crear desde un género musical que desde sus inicios ha narrado la historia del país. Esto hace daño a la imagen de lo que es no solo la música andina colombiana como tal, sino a los festivales, porque queda en el ambiente que se ha perdido la profundidad y que esto es premiado por quienes juzgan las obras en concurso.

También, hay otro aspecto que va muy de la mano con el “patrioterismo” y es un defecto que tenemos tanto intérpretes, compositores, periodistas  y amantes de la MAC. Es que en ocasiones, por querer defender este género musical se cae en creerse “guardianes del conocimiento”. Porque se ha ido construyendo cierto concepto de purismo, argumentado desde una lógica muy local. Y sin duda ese es uno (de muchos) de los motivos del apartamiento de la música tradicional de la región andina en contextos más comerciales y abiertos. Es un apartamiento de las lógicas integradoras y abiertas a nuevos aportes que otras músicas ya experimentan. Esto se ve reflejado en lo cerrado de los festivales y del pequeñísimo círculo de público conocedor del tema en que este género musical tiene. Si bien las redes sociales y la virtiualización de la música han contribuido a abrir el espectro, no se puede negar que aún hay visiones que insisten en términos como “rescatar” y “conservar”. Incluso el concepto de denominar todavía a la música de la región andina como la Música Colombiana, muestra ese “patriotismo” sesgado y dañino que hay dentro de este género.


Como conclusión quiero hacer la invitación a no temer tanto a propuestas nuevas, a decir cosas diferentes a lo que siempre se ha dicho, a seguir escribiendo la historia desde la música pero para un mundo globalizado, donde son millones quienes hacen músicas tradicionales, en cualquier parte del mundo. Que no nos cueste lo nuevo, a reconocer que no somos los únicos y que tampoco somos dueños de una expresión cultural que cambia como cambia la sociedad misma. Hay que seguir haciendo y escuchando música andina colombiana, con todo lo que nos llega y con todo lo que tenemos por aportar.  

viernes, 5 de febrero de 2016

NUEVOS ESPACIOS DE DIFUSIÓN

Esta semana he estado reflexionando sobre los distintos espacios de difusión que tiene la Música Andina Colombiana (MAC) en internet y principalmente en redes sociales. En este momento hay varios Blogs, páginas de internet, páginas y usuarios de Facebook, cuentas de Twitter y otros espacios, que se dedican a difundir la música tradicional de la región andina colombiana, generando nuevos públicos desde la independencia, dado que ninguno pertenece a un medio de comunicación comercial. De hecho, la gran mayoría son personas (no organizaciones) cuya única motivación es compartir su gusto musical, y en el camino se van encontrando con otros que disfrutan de lo mismo. A ellos quiero dedicar esta entrada, para agradecer, compartir trabajo, pero principalmente contar que somos cada vez más quienes optamos por contarle al mundo que la MAC es más allá un género musical del país, una construcción cultural apasionante.

Cuando empecé con este blog en julio 2009 jamás imaginé llegar a conocer a tantas personas que compartían este gusto musical que para muchos tristemente es extraño. Pero he conocido gente que desde distintas perspectivas, profesiones e intereses que por iniciativa propia crearon espacios virtuales, como contrapeso al abandono de los grandes medios de comunicación de nuestra música, teniendo como únicas herramientas una colección musical, un conocimiento sobre la MAC y unas ganas de enormes de visibilizar (no rescatar, porque no está muerto) lo que por años se hace en los festivales del género y que por múltiples motivos estaba escondido, así mismo por mostrar de manera sistemática y continuada lo que los artistas graban (ya sea en audio o video) de manera solitaria para compartir su trabajo. Lo que han hecho estos espacios, generar un pequeño “gremio” donde se reconocen entre sí, así no sea físicamente, pero si según sus perfiles y los de sus páginas y por la metodología de cada espacio.

A continuación nombraré algunos de estos espacios para que usted querido lector, si no las conoce los visite y si ya los conoce, recuerde pasar por ellos. Advierto que no estoy seguro que los que voy a nombrar sean todos. Quizás se me pasen algunos y otros no aparezcan porque sencillamente no los conozco.
·         www.SoyColombiano.com Emisora virtual y espacio de noticias recientes sobre la actualidad de la MAC. Administra Diego Tabares
·         Videos de Música Colombiana y Nuevas Músicas en general. Página de Facebook, comparte videos de algunos de los conciertos y presentaciones de los festivales. Administra Carlos Enrique Suarez
·         Serafín Guerrero. Canal de Youtube y Página de Facebook, dedicada la retrasmisión de los festivales por medio de videos de las presentaciones.
·         Clásicas Colombianas. Canal de Youtube y Página de Facebook, Publican colecciones musicales más antiguas, mejorando sonido, y con explicación de compositores e intérpretes. Administras William Galindo
·         Colombia Flocrónica. Blog y cuenta de Twitter, donde se hacen crónicas y perfiles, sobre trabajos musicales y noticias de eventos de MAC.
·           www.eltiplecolombiano.blogspot.com Blog dedicado a publicar y compartir algunos eventos de la MAC y partituras.

A todos ellos mil gracias por de alguna manera llevar la contraria y visibilizar lo que los grandes medios han olvidado. Reconocer a los colegas es un incentivo para seguir escribiendo y dando a conocer tantas personas que trabajan día a día por la música andina colombiana. La invitación es a seguir aportando desde la independencia, a seguir creando públicos y a facilitar el acceso a un género musical que sigue contando la historia del país.

sábado, 12 de diciembre de 2015

VOCES FOLCLÓRICAS

La semana anterior, estuve en el concierto de navidad de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, un concierto maravilloso, que logró una sinergia entre el público y la orquesta que realmente encantador. El concierto abrió con la interpretación de la Misa Criolla, donde volví a ver una cantante boyacense muy joven, pero de amplio reconocimiento en el medio de la música andina colombiana (MAC), es Laura Chaparro, quien con una interpretación magistral y emocionante me inspiró para escribir sobre las voces que interpretan músicas tradicionales.

Quienes hemos tenido la oportunidad de escuchar, ver y analizar las nuevas tendencias de la MAC, encontramos varias formas de interpretación vocal, pero para nadie es un secreto que hay voces que cautivan más que otras, por encima de conceptos técnicos, de voces muy académicas, que en ocasiones no parecen estar en un concierto sino en un examen de canto lírico. Pero, ¿Qué hace que el público reaccione emotivamente con unas voces y con otras tenga otros criterios? Para mí, la respuesta es que hay voces en que las músicas tradicionales les suenan tan naturales, que les brotan como cualidad innata, y si a eso se le suma un componente académico donde logran implementar técnica a ese don natural, entonces ahí es cuando esas voces logran sacar reacciones aireadas y emocionantes de quien las escucha, como personalmente me pasa con varios intérpretes.

Dentro del proceso previo para escribir esta entrada, desde hace unos días vengo recordando voces que me permitan darle forma a la idea que quiero expresar. Ahí recordé a un cantautor (también boyacense) que he denominado la voz del bolero dentro de la música andina colombiana, es Iván Horacio Borda, quien en el disco que hace unos meses lanzó “Filin Colombiano” logra poner en dialogo dos músicas latinoamericanas no solo desde lo musical sino en la forma de cantar. Porque suena igual de agradable un bambuco o un bolero por la forma de interpretar. Sobra decir que es un trabajo musical muy recomendado para escuchar muchas veces.

El problema de las voces extremadamente académicas, entiéndase líricas, es que muchas veces por las características propias del canto lírico, cuando cantan músicas tradicionales hay momentos en que las palabras no se entienden porque hay demasiada técnica en la proyección de la voz como tal, y como las obras no fueron necesariamente compuestas para este tipo de voces, queda cierto sin sabor porque hay algo que faltó en la interpretación como tal.

Por fortuna, en este momento hay una cantidad de artistas que sus voces si bien tienen un componente académico, siguen haciendo vibrar el público porque tienen la capacidad de no perder la esencia popular y emocional de las músicas tradicionales. Y por eso logran gran reconocimiento. Gracias a cada uno de ellos por mantener la emoción interpretativa de nuestras músicas, sosteniendo un alto de nivel vocal y con esto motivan a otros a hacer lo mismo.