Cuando hace más o menos
de dos años me invitaron a hacer parte de la emisora virtual Folklore Radio con
un programa asociado al nombre de mi blog Tiple Colgado empecé a buscar
una frase que definiera un poco la intención que deseaba darle al programa. Frase
que a la postre resume el trabajo de fondo que hago con la difusión de la música
tradicional colombiana desde más de 10 años. La frase perspectivas sociales de las músicas colombianas, resume la unión
entre mi formación académica como sociólogo con la pasión por las músicas
tradicionales del país, especialmente la música andina colombiana. Pues bien,
en este texto haré una breve disertación sobre la necesidad de ir más allá de
lo musical en las mencionadas músicas.
Hay que tomar como
punto de partida que la música es una construcción cultural, la cual es tan
dinámica como la sociedad misma, para nadie es un secreto la estrecha relación
entre los cambios socioculturales y grandes fenómenos musicales. El ejemplo más
sencillo es el rock, si bien tenía antecedentes en el Charleston, jazz y el
blues, es todo el movimiento social de los 60 es quien lo dispara como música
rebelde, no se puede olvidar que el rock fue la banda sonora de los movimientos
sociales del 68 en todo el mundo. Si bien había otras músicas en la escena del
movimiento social, el rock representaba a los jóvenes de esa generación en
cientos de aspectos expresados en los sonidos eléctricos del rock.
Las músicas colombianas
tampoco son ajenas a la realidad en la cual se han desenvuelto, por ejemplo; no
es gratuito que el papel proactivo de la mujer en la música se haya disparado
finalizando los años setenta en medio de la revolución femenina. Así como la
relación de los grandes duetos de la música andina colombiana con el contexto
rural predominante del país en los años cincuenta. Tampoco se puede desligar el
aporte en la descripción de dinámicas de trabajo que realiza la música llanera.
Sin lugar a dudas, la
mayor expresión del estrecho vínculo entre música y sociedad está en la
tri-etnicidad que se evidencia en los formatos tradicionales de los grupos de
todas las músicas colombianas. Ya que la percusión en todos los casos tiene
origen africano, así como los instrumentos de origen europeo aparecen en todas
las expresiones musicales del país. Y la herencia indígena se hace presente en
instrumentos como la guacharaca (normalmente utilizada en el vallenato y la
carranga), las sampoñas, la flauta de millo, entre otros tantos. Y que siempre
están mezclados, dando cuenta sonora de la unión de tres etnias que en
Latinoamérica se fusionaron para crear una sociedad.
Tomando en cuenta todo
lo anterior es que a partir de este momento los textos publicados en este
espacio van a ser eso, perspectivas sociales de nuestras músicas que buscan
generar un espacio de diálogo entre músicos, investigadores, amantes de la
música y todo quien desee hacer parte de una conversación interdisciplinar que
pueda de alguna manera responder a las necesidades de visibilización de debates
que a menudo se dan en grupos cerrados. ¡Sigan!
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