viernes, 17 de diciembre de 2010

MÚSICA QUE ALEGRA UN MES


En esta época de año hay algo que tiene recordación en muchas personas, es la música que normalmente solo en esta época se escucha, es tanto así que algunos la catalogan como un género musical “Música de Diciembre”. Si bien en una entrada anterior plantee el tema de la saturación temprana de este género hoy quiero “reivindicarme” un poco con un género que por estos días alegra la vida, y construyen todo un contexto que solo por estos días se ve y se disfruta.

Definitivamente escuchar canciones como el Grillo, El Carrataplán o Cariñto dan ganas como de bailar, de compartir en familia y con los amigos y tomarse unos tragos, casi que cada canción es una descripción emocional de el ambiente particular del último mes del año, porque cada canción trae recuerdos de otras fiestas o simplemente para algunas personas solo escuchar una canción determinada basta para iniciar cualquier celebración.

Así mismo es innegable que hay canciones que solo en este mes tiene importancia y pertinencia como es el caso de “24 de Diciembre” que no solo por el nombre tan preciso, sino porque lo que describe cada estrofa, toda vez que la imagen cuenta un entorno familiar en unas dinámicas propias del último mes del año.

Pero en la “música de diciembre” hay otros géneros musicales que parecen desconocidos por estar catalogados dentro de este, es decir, que pertenecen a ritmos musicales diferentes, como es el caso de la conocida canción “El Volador”  la versión original es en aire folclórico, es en aire de Pasillo Volia’o que es el Pasillo de origen popular que se baila (http://www.youtube.com/watch?v=nmgZ8yZB_nc) lo mismo pasa con otros casos como “La Mula Rucia” que investigando un poco encontré que es de origen venezolano, aunque se ha acoplado tanto en las tradiciones colombianas que puede ser considerada como del repertorio popular colombiano. Bueno, pero el hecho que sean folclóricos o no, no resulta ser muy relevante lo importante es lo que despierta esta música y como permite con solo escuchar hacer un ejercicio de memoria emotiva para recordar personas y fiestas que reviven una época que es para muchos la más esperada del año.  

Para concluir, hay que decir que son muchas las músicas que encienden ese espíritu festivo que se respira en diciembre, porque depende muchas veces de ciertos sitios  donde se escuche la música, por ejemplo no en todas las zonas del país se escuchan canciones como el Grillo o Carrataplán, que suelen ser más populares en el eje cafetero y Antioquía, pero definitivamente si hay un repertorio musical que se escucha con las misma intensidad en todo Colombia, es la música de intérpretes como Rodolfo Aicardi, Pastor Lopez o Alfredo Guitierrez entre tantos otros.

Solo queda agradecer a todos los intérpretes de la “música de diciembre” por ayudarnos a gozar que por construcciones culturales es diferente a todos los otros, que aunque los días tienen las mismas 24 horas se viven diferente.   

lunes, 29 de noviembre de 2010

INCLUSIÓN MUSICAL


Hace unos días, en una conversación informal con alguien sobre algunas necesidades culturales que presenta Manizales, acordábamos sobre la posibilidad de entender los escenarios como punto de inclusión social, ya que son los sitios desde donde se empiezan a construir las identidades culturales de la ciudad. Y es importante que dentro en un mismo lugar se puedan escuchar obras clásicas, bambucos, pasillos, también melodías de jazz, o rock, es decir, cualquier género musical, para poder acercar a estos espacios los diferentes gustos musicales.

Pretender que un espacio solo pueda ser utilizado por una propuesta musical o artística, es discriminar a otros con la forma de arte que proponen, además es olvidar el movimiento permanente del arte, que va de la mano con los cambios de la sociedad de allí que cada día todos los géneros musicales tengan elementos sociales intrínsecos y cada vez más evidentes, uno de los ejemplos lo da la música andina colombiana contemporánea donde se ve claramente que la época de carriel, poncho y sombrero ha cambiado por una propuesta musical urbana llena de fusiones con otras músicas del mundo, donde cada vez menos se ven intérpretes que cantan con atuendos campesinos así mismo se escuchan voces mucho más educadas musicalmente que lo se escuchaba en los duetos de la mitad del siglo XX. Y los escenarios son precisamente los cómplices de dichos cambios porque allí donde se escucha cada nota, cada arreglo que socialmente no significa otra cosa que los cambios de la sociedad colombiana.

Pero la responsabilidad de la inclusión social en la música para nuevos públicos no solo está en los administradores de los escenarios públicos y privados, también está en manos de los músicos y los intérpretes, en hacer el mayor esfuerzo por difundir la propuestas musicales que han construido en diferentes espacios y diferentes públicos. Hay que mencionar que esa responsabilidad muchos grupos la han asumido no solo con la difusión sino con el repertorio que interpretan hay un compromiso muy importante para la creación de nuevos públicos, el caso más claro es la Orquesta Filarmónica de Bogotá, que desde  hace unos años ha hecho un homenaje a las músicas colombianas interpretando bambucos, guabinas, porros, cumbias, currulaos y joropos en un formato que muchos consideran solo para música clásica, pero lo que están haciendo es popularizar el formato y las músicas que interpretan. De esta forma lograron una versión impresionante de "Somos Pacífico", interpretado por el grupo ChocQuibTown” canción original es en ritmo de Hip Hop con fusiones de la música del pacífico colombiano, pero con los arreglos de Filarmónica de Bogotá se logró un ensamble musical realmente valioso y agradable al oído.


Para tener escenarios de inclusión social es necesario entender el arte como un elemento de la construcción de la sociedad que cambia permanentemente y que necesita expresarse de muchas formas y los escenarios son espacios para las construcciones se expresen libremente en cualquiera de sus formas o condiciones sociales, y en el caso específico de la música, resulta fundamental que todos los géneros musicales y todos los intérpretes tengan el mismo acceso a los espacios de difusión, porque de lo contrario se estaría cayendo en la privatización de las manifestaciones culturales, lo cual no solo suena abominable sino que nos condenaría a un retroceso social, que el mundo contemporáneo no puede permitir.

sábado, 20 de noviembre de 2010

MEMORIA MUSICAL


Por estos días que en Colombia tanto se habla de recuperar la memoria histórica especialmente frente al conflicto, para dar un paso en contra de la impunidad, pensaba en cómo la música podría ser una estrategia de ayudar a ese proceso de recuperar la memoria, pero así mismo descubrí que la música no solo recupera la memoria de un conflicto sino la memoria emocional de las sociedades.

La música al igual que otras manifestaciones artísticas al ser expresión del individuo y por lo tanto de la sociedad, tiene la capacidad tener una conexión permanente con los procesos sociales que suceden en el contexto en que es escrita las canciones no importa el tema sobre el cual sean escritas, amor, desamor, política, identidad nacional, etc. Sino que por el contexto en el que son escritas demarcan todas unas características sociales de ese periodo de tiempo, el ejemplo más sencillo sucede con la música que hoy en día es denominada como de cierto periodo histórico, música Clásica, música Barroca, el pop de los años ochenta, entre muchísimos ejemplos en todas las músicas del mundo, esto es una muestra de forma intrínseca de un ejercicio de memoria para la sociedad, porque la música se vuelve en un dato de carácter histórico.

Pero el tema de la memoria no solo tiene connotaciones históricas y sociológicas, también está el componente emotivo y subjetivo que tiene la música para muchos por no decir que en todos los individuos,  las canciones permiten hacer una “memoria musical” en la cual hay canciones que recuerdan personas, momentos de la vida o anécdotas con una canción o con un género musical. Y sin lugar a dudas ese es uno de los argumentos que convirtieron a la música como la manifestación artística más popular, porque logra tener una conexión emotiva permanente con los individuos, no solo con personas sino de momentos de la vida, y esto genera un ejercicio y  casi un mecanismo de memoria emotiva que determina muchas veces los gustos musicales de algunas personas, que por ejemplo escucharon una canción con la cual se sintieron identificados por cualquier motivo y deciden acercarse más al género musical.

Ya sea desde la historia, desde los contextos políticos y sociales o desde lo puramente emocional y subjetivo de quien escucha, la música es una experiencia de memoria individual y colectiva, que es necesario investigar científicamente porque ya sea en la forma que individual o colectiva, la memoria es un objeto de estudio de la ciencias sociales para dar cuenta de muchas de las características de una sociedad que algunas veces pareciera resistirse a reconocer su historia, a conocer su memoria que en países como Colombia tienen mucho que contar, por lo caótico y violento de sus construcciones sociales.    

domingo, 14 de noviembre de 2010

TRAPICHE MOLÉ, GRANDES GANADORAS


Sin temor a equivocarme este año va a ser inolvidable para un dueto femenino de gran calidad, porque han ganado muchos de los grandes premios de los festivales de música andina colombiana, entre ellos en están Gran Premio Mono Núñez, Antioquia le canta a Colombia, Princesas de la Canción 2010 en Ibagué, segundo puesto en la Bienal de MAC (Música Andina Colombiana) en Bogotá, entre otros premios. El dueto se llama Trapiche Molé, al cual le quiero hacer un pequeño reconocimiento no solo para felicitarlos por los premios, sino por su propuesta musical bien elaborada y por sus dulces voces.

La primera vez que pude verlas en vivo fue este año en el festival Príncipes de la Canción de Ibagué – Tolima, y me sorprendió la calidad de musical pero me pasó algo muy especial con las voces, logré una concentración que pocas veces siento pero las voces de Trapiche Molé lograron ese efecto casi hipnótico donde su música entra por los oídos pero se queda en la mente y el corazón, en el cual se logra disfrutar cada una de las palabras que se dicen en las canciones y que el acompañamiento de un gran tiplista parece que se vuelve un cómplice más para sentir cada interpretación.

Trapiche Molé, está compuesto por una estudiante de música y dos músicos profesionales que logran una compenetración con canciones de bella letra con una forma de interpretación llena de sentimientos expresados musicalmente, lo cual no siempre resulta fácil pero ellas lo logran por su forma particular de interpretación, así mismo tienen una propuesta estética llamativa ya que son atuendos que resaltan la belleza de las cantantes, es un atuendo fresco que llama la atención por los colores además que no parece un disfraz o algo así, porque no pretenden parecer campesinos, sino que es una propuesta estética contemporánea bastante interesante.

Otro de los aspectos a resaltar de Trapiche Molé es que aparte de ser jóvenes interpretando MAC, continúan siendo muestra fehaciente del papel activo de las mujeres dentro del mencionado género musical, donde cada vez toman más fuerza, y esto lo ratifica todos los premios ganados por este gran dueto, significa que hay unas transformaciones claras donde se evidencian los rasgos de pensamiento moderno en la música autóctona de la región andina colombiana, donde se entiende cada vez más a las mujeres desde relaciones de igualdad con los hombres lo cual es una muestra de pensamiento moderno.

Para concluir, quiero felicitar públicamente a Trapiche Molé, por el lanzamiento de su disco, donde hacen una interesante mezcla de canciones inéditas o poco conocidas con algunas mucho más populares dentro del repertorio de la MAC contemporánea, esto muestra la versatilidad que tiene el dueto, los mejores deseos con un trabajo musical que está muy bien hecho por la calidad con el que fue hecho que se comprueba fácilmente con solo escuchar algunas canciones.

lunes, 8 de noviembre de 2010

SATURACIÓN TEMPRANA


Hay algo que no tengo la certeza si se da de la misma manera en todo Colombia con la misma intensidad asfixiante que se presenta en el eje cafetero, es la saturación temprana de la música “parrandera” que se convierte normalmente en el ícono de las celebraciones de fin año, pero las emisoras populares empiezan desde finales de octubre a poner esta música lo cual me parece algo molesto, porque es no permitir que el tiempo transcurra a su paso sino obligar a que diciembre llegue antes de tiempo, lo cual puede tener varias explicaciones desde mi perspectiva lo cual intentaré esbozar hoy.

Hay que empezar por decir que si bien intérpretes como Pastor López, Rodolfo Aicardi, entre otros tantos que son el alma de las fiestas en diciembre me gustan y las disfruto dentro de su contexto, si me parece algo asfixiante tenerlas que oír desde noviembre en vehículos de servicio público o en cualquier lugar donde se amplifique el ruidoso repertorio de algunas emisoras populares que fluctúan el monótono círculo de vallenatos románticos, música “popular”, y por estos días música parrandera que invitan a dejar todo y  ponerse a bailar y a tomar licor, pero escucharla a las 8:00 AM un lunes de noviembre resulta un poco desagradable.  

El primer motivo por el cual creo es para motivar a más a que la gente consuma y compre cosas para diciembre, acelerar lo que el sociólogo Z. Bauman llama la “compulsión por comprar” y la música es una gran estrategia de introducir a la gente en el ambiente navideño para adquirir miles de productos que se empiezan a ofrecer en las pautas publicitarias que precisamente acompañan esta música. Si bien puede sonar algo exagerado para algunas personas pero creo que la música es una forma de alienar o de convocar grandes causas, por lo cual hay una posibilidad que la música parrandera sea puesta desde noviembre no por simple coincidencia o por ganas de bailar, sino como una estrategia de consumo temprano.

La segunda está un poco anclada a la anterior, pero está más relacionada a las pautas comerciales que puede recibir una emisora que pone desde un mes antes la música mencionada, es decir, que cuando se pone esta música aumenta la audiencia de público durante más horas, lo cual puede interesar a los patrocinadores de la emisora y que se verá retribuido directamente en los ingresos de la emisora. Esto puede ser otro de los intereses no tan musicales que puede tener la saturación radial de la música parrandera, lo cual resulta lógico cuando se compara la cantidad de comerciales en esta época del año en relación con los de otros meses no tan comerciales.

Basta decir que este fue un ejercicio mencionado es de especulación no puedo afirmar que ninguna de las cosas son verdad solo son sospechas o posibles explicaciones subjetivas de algo que me molesta, y que creo que no soy el único a quien escuchar a Rodolfo Aicardi sentado en un vehículo de servicio público le molesta. 

lunes, 11 de octubre de 2010

EL DEBER SOCIAL DE LA MÚSICA


Siempre he considerado que la música al igual que el resto de las manifestaciones artísticas debe tener una función social de decir lo que muchos callan o lo que ciertas estructuras le ocultan al pueblo, de expresar ideas políticas y no simplemente encerrase en expresar múltiples visiones del amor y entretener a quien escucha.

Desde la semana anterior he estado escuchando detalladamente el trabajo del músico colombiano Cesar López, llamado “Toda Bala Es Perdida” el cual es precisamente una representación de ese “deber social” del arte, toda vez que hay una propuesta política como una  expresión artística que pretende hacer uso de la música para plantear una crítica al conflicto colombiano, lo cual es una necesidad latente en un país que parece abrumado por las armas y que se encerró en el silencio, porque son pocos los que se atreven a decir cosas diferentes por encima de ideologías o colores políticos y es “Toda Bala Es Perdida” una muestra de una visión política libre donde se dicen cosas muy valiosas y necesarias para tratar de acabar con ese peligroso silencio en el que mantenemos los colombianos.

Cuando transporté esa necesidad del deber social del arte a la música andina colombiana (MAC) encontré con una alentadora visión, ya que son muchos los compositores que dijeron y que aun están diciendo cosas importantes sobre el conflicto y sobre la realidad urbana y rural de Colombia, tal es el caso de maestros como José A Morales, Jaime Valencia, Jorge Veloza, Guillermo Calderón, Leonardo Laverde, Luz Marina Posada, Ancizar Castrillón y Jhon Claro, entre muchos otros que han plasmado en sus composiciones visones acerca de los múltiples problemas del país, así mismo convierten a la MAC no solamente en una forma más de cantarle a las emociones personales sino que reconocen en las músicas colombianas una posibilidad de narrar dichas problemáticas. De esta forma se asume ese “deber social” como un compromiso no solo de hacer una propuesta musicalmente seria sino políticamente elaborada donde decir cosas que pocos dicen hace parte de lo que podría entenderse como una postura ética frente a la realidad del país.

Pero también hay que mencionar que no solo hay compositores comprometidos sino los intérpretes que muchas veces les dan un valor agregado a dichas disposiciones por la capacidad vocal que le imprimen a lo que otros escribieron como es el caso de Beatriz Arellano, Silvia Bibiana Ortega, Niyireth Alarcón, duetos y grupos como Carmen y Milva, las Zurronas, Pie Izquierdo, los Carrangueros de Ráquira, Septófono, Juglares, entre otros tantos intérpretes que les creen a los compositores en esa necesidad visibilizar los problemas del país y no en taparlos con historias rosas de amor que al final no es nada del otro mundo porque muchos pueden hacerlo, pero atreverse a “tocar llagas” necesita una conciencia del valor social de la música.

Con esta entrada quise no solo quise hacer un reconocimiento a compositores e intérpretes que componen y cantan con un “deber social” a sus espaldas, sino que quiero cuestionar un poco a algunos géneros musicales que no son capaces de decir nada nuevo, porque al final cantarle al amor o al desamor de pareja no necesita mucho compromiso social, mientras que asumir una responsabilidad frente a los problemas del país necesita de una postura crítica del mundo, y creo que es la necesidad latente en Colombia, dejar de creernos el mejor país del mundo o el más feliz, para poder abrir los ojos para algún día lejano generar un cambio social verdadero.

lunes, 4 de octubre de 2010

NIÑOS Y NIÑAS INTÉRPRETES


La semana anterior, en un conversatorio sobre el proceso de los intérpretes y compositores de música andina colombiana (MAC)  en Manizales, se planteó el debate acerca de los niños y niñas que la interpretan con atuendos campesinos, lo cual no generaba apropiación e identidad sobre dicha música toda vez que se representaba una realidad que no se vive, lo cual generó alguna polémica, y hoy quiero revivir y remitir dicho debate en este espacio.

Hay que empezar por decir que esa es una de las cosas que me genera algún tipo de preocupación en un concurso o concierto, cuando veo niños y niñas interpretando la música tradicional de la región andina colombiana, porque noto que en algunas ocasiones es más una imposición escolar o familiar que una verdadera intención de cantar los aires típicos de la región andina del país con un vestuario ajeno a su realidad. La preocupación reside en que el estar vestidos de campesinos no permite que haya una apropiación verdadera, sino recuerdo de un pasado que no se ha vivido lo cual no solo se ve planteado en un atuendo campesino recargado y desactualizado, sino que en el repertorio que se interpreta, ya que en la mayoría de las canciones que se interpretan se hace referencia a un contexto rural que muchas veces los niños y niñas desconocen, así mismo muchas de las canciones de los bambucos de sus abuelos pero pocas veces hablan de sus bambucos es decir de canciones que hagan referencia a su presente urbano.

En el párrafo anterior se hizo referencia sobre los atuendos desactualizados de los niños y niñas que los visten de campesinos pero de otra época, es decir, si se compara el atuendo de una campesina con lo que se ponen algunas niñas que interpretan MAC se nota una diferencia abismal, toda vez que las faldas largas ya no se usan en el campo, tampoco flores grandes como accesorio en el pelo, desde ahí se marca una ruptura con lo que se trata de imitar, y para el caso de los niños intérpretes el problema no es muy lejano a lo que sucede con las niñas, por eso es importante actualizar repertorios y actualizar atuendos para que si desean “imitar” a nuestros campesinos (que tristemente ya poco cantan la MAC) se haga desde la realidad de sus atuendos contemporáneos.

Creo que es importante motivar a los niños y niñas que desean interpretar los aires típicos de la región andina colombiana que lo hagan pero desde su cotidianidad, que si viven en la zona rural pues que canten con su atuendo habitual y si residen en el zona urbana que canten y bailen con un vestuario urbano, ya que con esta estrategia se logra una identidad  de los niños y niñas con la MAC desde su realidad, donde descubran las canciones que narran su contexto, porque de lo contrario seguiremos reproduciendo la idea errónea que la música de la región andina es solo para narrar las historias del campo y nada más lejano de la realidad, porque la MAC narra las dinámicas del rurales y urbanas por igual.

Para terminar, quisiera hacer un llamado muy respetuoso a las instituciones que desarrollan proyectos donde se fortalece la MAC con los niños y niñas intérpretes (trabajo que es muy valioso y necesario) a motivarlos y motivarlas a cantar y bailar con vestuario acorde a su contexto contemporáneo para construir una música andina colombiana con una visión actual donde cada persona pueda encontrarse en la armonía y en la letra de uno de los muchos aires musicales de la región andina colombiana y garantizar la construcción de un discurso cultural que respeta y reconoce la tradición pero que también da razón del aporte contemporáneo en la construcción de un concepto de identidad nacional que puede hacer la música andina colombiana hoy. 

miércoles, 29 de septiembre de 2010

GRUPO JUGLARES, ENCUENTRO DE MÚSICAS LATINOAMERICANAS


Este año tuve la oportunidad de ver un grupo del cual que había escuchado muy buenos comentarios, pero nunca los había visto, y cuando pude hacerlo quedé admirado por su derroche de virtuosismo. Estoy hablando del Grupo Juglares ganadores en la edición 2010 del premio Modalidad Instrumental en Festival de música andina colombiana Mono Núñez.

Hace poco gracias al contacto que hizo una amiga de la música andina colombiana, me pude contactar con uno de los integrantes del grupo el cual tuvo la amabilidad de compartirme algunas de sus canciones, las que solo había podido escuchar en un concierto dialogado pero no había tenido la oportunidad de hacer el ejercicio de escuchar detenidamente para volver a sentir la misma admiración que viví en el concierto pero esta vez de una forma un poco más reflexiva que me permitiera analizar un poco más la propuesta musical de Juglares.

Son muchos los aspectos que me llaman la atención de ese gran grupo, el primero: es el virtuosismo de los integrantes evidenciado en la ejecución de muchos instrumentos dentro de una misma canción, lo cual obliga a que casi todos los integrantes cambien de instrumento musical dos o tres veces en cada canción, lo cual es muy atractivo visualmente y obviamente que se escucha muy bien. Así mismo encontré en Juglares una fusión de dos formas musicales que muchas veces son confundidas una es la música andina colombiana (MAC) y la otra es la música andina latinoamericana (ritmos como La Cueca, San Juanito, Saya y Pasillo Ecuatoriano) y lo que hace Juglares es con instrumentos de origen latinoamericano como las quenas, zampoñas, el charango entre otros interpretar bambucos, pasillos, valses colombianos logrando una fusión bastante interesante, es más ellos lograron una ovación impresionante por el público del festival Mono Núñez al interpretar un clásico de la zona andina colombiana como “Las Acacias” en una versión instrumental realmente brillante dándole una nueva interpretación a un clásico que algunos podrían darlo por olvidado, pero que una versión como esta la hace permanecer en la memoria de muchos. 

También hay que decir que la propuesta no solo contempla instrumentos tradicionales latinoamericanos como los mencionados anteriormente, sino que integran la batería, el bajo eléctrico y la guitarra acústica logrando un ensamble instrumental que llama la atención a quien lo escucha por la versatilidad como son utilizados para el avance de la música andina colombiana y latinoamericana.

No puedo terminar sin hacer alusión al discurso ecologista que tiene Juglares en sus presentaciones, ya que tienen canciones dedicadas al planeta como “Pachamama, No Llores más”  lo cual es una muestra importante del papel de difusión social que deben tener no solo MAC sino las músicas del mundo.

Sin lugar a dudas encontrarse con grupos como Juglares dentro de la MAC es tener la posibilidad de leer nuevas construcciones culturales integradoras latinoamericanas, donde se resalta la calidad de nuestras músicas y nuestros músicos. 

lunes, 20 de septiembre de 2010

EL DERECHO AL SILENCIO


Sin lugar a dudas una de las características de la sociedad actual son los pocos espacios que se brindan al individuo para disfrutar de la soledad y del silencio, lo cual se puede percibir en cualquier espacio, siempre hay como acceder la voz de otros ya sea en la radio o en los reproductores de música, porque lo importante es no estar solos. Hoy quiero abordar este tema ya que a partir de un muy buen artículo que leí hace unos días  (http://www.elespectador.com/columna-222342-musica-ambiental-de-nuestras-vidas) me llevó a hacer un análisis de algunas actitudes vistas en diferentes espacios que me confirmaron esas sospechas sobre el miedo al silencio que la necesidad de consumir nos implantó.

Tengo el placer de ser cercano al parque nacional natural los nevados, y subir a trabajar de vez en cuando al Nevado del Ruiz (o mejor Cumanday, nombre puesto por los indígenas) y hay algo que me gusta mucho de mi trabajo, es precisamente el silencio que da la cercanía a la montaña y es ahí donde reside el disfrutar del paisaje, toda vez que los sentidos permiten valorar más no solo lo que se ve sino lo que se escucha, huele y palpa dentro de un parque nacional natural. Pero parece que hay quienes no valoran esto, lo digo porque aun recuerdo hace unos tres meses en un sitio curiosamente llamado el “Valle de las Tumbas” o “Valle Del Silencio” cuando venía descendiendo había un vehículo con música a todo volumen además de ser una música en mi criterio poco adecuada para un sitio como ese, porque irrumpía el paisaje con toda la estridencia que compartía para hacer alarde del equipo de sonido de su vehículo, pero lo que realmente estaba haciendo alarde de su ignorancia al desconocer en qué sitio estaba. Recuerdo claramente que escuchaba “Los Cantores de Chipuco” que si bien alguien podría disfrutarlo en medio de una fiesta, no creo que en un parque natural fuera el sitio adecuado para escucharlo a todo volumen, acabando con la tranquilidad que muchos disfrutábamos.

Pero ese es solo un ejemplo de miles que se podrían plantear para mostrar cómo hay quienes no disfrutan de estar solos.

Si bien soy un enamorado de la música reconozco claramente la necesidad y casi que el derecho que cada individuo tiene de vivir momentos de silencio, pero muchas personas se niegan hacer uso de este privilegio para sus oídos, pero lo que personalmente me preocupa es que estas personas obligan a otros a evadir el silencio, el ejemplo es sencillo para entenderlo mejor, recuerdo hace un par de meses una persona en del Parque del Café (Montenegro –Quindío) portaba una grabadora pequeña con mucho volumen y escuchaba reggaetón contaminando el ambiente y no simplemente porque este género musical sea bueno o sea malo, sino porque es otro lugar para disfrutar de un poco de silencio, pero esta persona violenta los oídos de quienes pretenden cambiar el ruido de su cotidianidad por un espacio diferente.

Para terminar, hay que decir que por más que a una persona le guste la música ya sea muy elaborada o simple y sin mensaje alguno, nadie puede obligar a otros a escuchar sus preferencias musicales, y más cuando se está en un sitio donde normalmente las personas van a buscar divertirse de una forma diferente, buscan un sitio no se necesite música y mucho menos a niveles altos que contaminen el ambiente.   

jueves, 9 de septiembre de 2010

SE BUSCAN NUEVOS PÚBLICOS


La semana anterior, conversé con alguien sobre la necesidad de formar nuevos públicos para aquellas propuestas musicales que poco suenan en la radio y que reciben poca difusión por considerarse de un público reducido, como es el caso de la música de Cámara, grupos de Jazz y obviamente grupos que interpretan música andina colombiana estos últimos casi que solo se escuchan en los festivales y concursos del género, y en la mayoría de las ocasiones se quedan en el olvido propuestas musicales tan variadas y tan ricas que por no tener difusión terminan quedándose en pequeños grupos de personas poseedoras de colecciones y de piezas musicales que muchísima gente valoraría si solo pudiera tener acceso a ellas. Pues bien, lo que intentaré plantear hoy es buscar y proponer algunas alternativas para la difusión y por qué no buscar un poco de popularización de dichas propuestas.

Considero importante ayudar a formar nuevos públicos, jóvenes preferiblemente,  para garantizar que la música no solo perdure sino que esos nuevos públicos también puedan aportar en la actualización de las propuestas y de alguna manera hagan música, porque si resulta fundamental abrir nuevos espacios, donde la inclusión se haga evidente para quitarle un poco de fuerza a algunos planteamientos con fines eruditos que cierran grandes propuestas musicales a unos pocos negando la posibilidad no solo a quien escucha sino a quien hace la música de dialogar con otro tipo de público que le permite implementar nuevos lenguajes un poco menos acartonados para que lleguen a más personas.  

Por ejemplo para el caso específico de la Música Andina Colombiana (MAC) es muy importante no solo seguir fortaleciendo los espacios de los festivales y concursos como punto de encuentro de las nuevas propuestas y los nuevos compositores, sino que así mismo se hace necesario sacar todas esas propuestas de los festivales como espacio único de encuentro para buscar esos nuevos públicos, llegar a aquellos que no saben ni siquiera de la existencia de los festivales y menos de la existencia de las nuevas propuestas, pero que estoy más que seguro que al escuchar las propuestas contemporáneas de la  MAC se van a acercar y ¿esto cómo se logra? Con dejar creer que la música nuestra es música es de élites o de unos pocos, creer y saber que al ser una parte música nacional con tanta trayectoria y con tanto contenido que interesa a muchísimas personas sin importar que sepan o no de MAC, pero tiene el derecho de saber qué es lo nuevo, para cambiar el concepto que muchos tiene de “música de viejitos” que ha perjudicado directamente a los músicos  y a quienes nos gusta difundir las nuevas propuestas porque cada que se va a hablar de MAC hay que explicar la realidad e incluso hay que explicar la diferencia entre música colombiana y música andina colombiana.

También tengo otra propuesta para buscar nuevos públicos aunque quizás muchos músicos y compositores y compositoras no estén de acuerdo conmigo y para otros y otras será una obviedad,  pero considero que es una buena forma de que más personas escuchen más personas. La propuesta es sencilla, es regalar música, obviamente no regalar todo el trabajo discográfico, pero algunas canciones si, regalárselas a gente joven que pueda escucharla en su reproductor de música o en lugar que desee, lo cual es una forma de presentar lo nuevo, con lo cual estoy más que seguro que generará un nuevo público que valorará de igual forma y hasta más como lo disfrutan las minorías.

Para terminar, esta entrada no es más que un llamado más -de los muchos que se han hecho aquí- para abrir los círculos de quienes escuchan las propuestas musicales contemporáneas en diferentes géneros que son poco escuchados.

sábado, 4 de septiembre de 2010

POR ESTO FUE....


En los últimos meses en los que he tenido la oportunidad de compartir en diferentes espacios académicos formales e informales mi pasión por la música andina colombiana (MAC), y hay una pregunta que es ya una constante pero que en ningún momento me molesta, es más, me parece normal porque a quienes no conocen de la MAC les parece extraño que a alguien relativamente joven le guste este género musical y por eso muchísimas veces me han preguntado ¿Por qué escuchas esa música?  Por eso, hoy quiero contar de forma resumida estos 12 años de escuchar MAC desde cuando encontré el primer CD en mi casa hasta hoy donde la música de región andina colombiana me rodea muchos campos de mi vida.

Pues bien empecemos, todo empezó más o menos cuando estaba en el colegio, cuando encontré un cd de música andina colombiana y lo empecé a escuchar mucho, bueno adicional a eso y casi paralelo tenía un interés por la historia de esta región del país que sin lugar a dudas está muy anclada a la música, además que por ese interés fue que desde muy niño me ha gustó trovar y hoy en día cuando tengo la oportunidad en ciertos espacios lo hago para divertirme un rato.

Posteriormente cuando mi interés se incrementó después de escuchar cientos de veces ese primer CD empecé a buscar esta música en casa de amigos y familiares, cada que veía un CD o cassette donde hubiera bambucos, pasillos, etc. Lo pedía prestado, obviamente mientras que escuchaba los aires de la región andina escuchaba otras músicas por ejemplo la ranchera mexicanas, la trova cubana, rock en español y otros géneros musicales más pero con la MAC empecé a conocer un poco más.

Si bien hubo una época que fui amante de la propuesta musical de Silvio Rodríguez y de la canción protesta en general en lo que llamo con cariño un hipismo primitivo, porque no fue muy radical, pero la MAC siempre estuvo ahí en ocasiones por ejemplo en fincas o cuando estaba escuchando música solo algunos bambucos y pasillos se atravesaron en medio de tanta trova cubana y cuando estaba en espacios con personas que no gustaban de ninguno de los dos géneros llegué a escuchar en muchísimas ocasiones los inicios de la música popular, y no tengo problema en admitir que me gustaba, pero afortunadamente entrar en el extenso mundo de la música andina colombiana me enseñó a escuchar mejor y a darme cuenta de la pésima calidad de lo que hoy es mal llamado como “Música Popular”.

Pero fue en los últimos 4 años después de ir por primera vez a un festival Mono Núñez en un viaje que parecía una aventura detrás de un sueño, toda vez que en ese momento no sabía ni donde quedaba Ginebra –Valle (municipio colombiano donde se hace dicho festival) y tampoco tenía una casa u hotel donde llegar, pero una vez estando allá y ver los grupos de cerca y comprender la variedad de posibilidades instrumentales y vocales que tiene la MAC que me apasioné después seguí asistiendo y empecé a asistir a otros festivales y concursos que ratificaron el gran valor que tenía la música andina colombiana en mi construcción personal y profesional.

Cuando hago el análisis de mi situación actual frente a la MAC, descubro que ahora estoy convencido del valor contemporáneo de nuestra música andina toda vez que logré encontrar lo urbano en una música que muchos la daban por perdida en los hechos rurales de antaño. Además de encontrar ese elemento que me hace convencido de lo contemporáneo también opté por difundir precisamente ese valor urbano de lectura de la realidad de la zona andina colombiana. Esa difusión no solo está sustentada en el ejercicio de este blog, sino en tertulias con gente joven, algunas charlas sobre los cambios musicales del mencionado género musical y por supuesto en la investigación que hago desde la sociología para explicar los cambios sociales de la zona andina colombiana a partir de los cambios del bambuco en los últimos 20 años.

Es por todo lo anterior y por muchísimas anécdotas y argumentos más, es que terminé enamorado de la música andina colombiana, y por lo que parece esta pasión va para largo.

domingo, 29 de agosto de 2010

PAISAJE CULTURAL CAFETERO


A la par de mis estudios de sociología tengo el placer de trabajar con turismo en el departamento de Caldas, (Colombia) y desde hace poco vengo escuchando acerca del Paisaje Cultural Cafetero que es una propuesta pasada por Colombia a la UNESCO para que ese paisaje (ubicado en algunos sectores de los departamentos de: Caldas Risarlada, Quindío y Norte del Valle) sea declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, lo cual atraerá un nuevo turismo (Turismo Cultural) para esta zona del país y obviamente para todo el eje cafetero, pero en varias charlas que he podido estar al respecto y escuchar muchos de los planes que se hacen para estar preparados, pero hay algo que me preocupa un poco y es precisamente de ellos sobre lo que quiero conversar hoy.

Como se mencionó en el párrafo anterior, en los planes del Paisaje Cultural Cafetero se está hablando de la importancia de tener buenos y variados hospedajes, así mismo se planteó el papel de las agencias de turismo como las encargadas de mostrar ese paisaje, de mostrar no solo nuestras construcciones físicas sino justamente las culturales y mencionaban con muchísimo ahínco la comida autóctona y por supuesto el café. Pero yo notaba que pasaban por encima de una de las particularidades más valiosas del Paisaje Cultural Cafetero y que en tantas conversaciones y charlas nadie mencionó, lo que personalmente me causo algo de extrañeza al principio pero que después entendí, estoy hablando (como algunos lo suponen) de la música andina colombiana, me impresionaba que al hacer la lista de todos nuestras expresiones culturales para poderle mostrar al mundo la MAC no estuviese ahí porque tiene unas particularidades musicales y de origen que son fruto de ese paisaje cultural cafetero.

Recuerdo que estaba en el municipio de Sevilla – Valle, el cual es muy cafetero en una charla sobre el tema, y llegaron al final de la conferencia un gran grupo de MAC que convoca a muchísimas personas por su estilo particular y por su energía desbordante en el escenario,  estoy hablando del gran Grupo Bandola, tristemente desconocido para muchos de los asistentes a la charla, pero cuando interpretaron sus canciones quedaron gratamente sorprendidos no solo por la calidad musical del grupo sino por las canciones que narraban ese paisaje cultural cafetero del que tanto se había hablado durante todo el día y que una canción como “El Coroteo” donde sencillamente de una forma sencilla y jocosa se explica la importancia cultural del “Jeep Willys” en la zona cafetera.

Es por todo lo anterior que creo el problema que hay detrás de que no haya pensado en la música andina colombiana para el Paisaje Cultural Cafetero reside en un tema que se ha abordado aquí en muchísimas oportunidades, es el de la difusión, donde muchas de las grandes propuestas musicales están no en el olvido porque ni siquiera se conocen en un público amplio, lo cual ha ayudado a que la academización y el avance musical  se vaya cerrando a los concursos y festivales a los cuales van un grupo reducido de personas, y es por eso que muchos duetos, solistas y grupos después de pasar por todos los festivales tengan que disolverse o abandonar la música andina colombiana por la falta de oportunidades laborales y de ingreso de dinero con la MAC y esto es realmente triste no solo para los músicos que desean seguir haciendo esta música pero como no es económicamente rentable tienen que abandonarla, así mismo es triste para los amantes del género musical, porque ven como los grandes grupos desaparecen.

Por eso el llamado que quisiera hacer desde aquí a todos los grupos que crean que pueden aportar para lograr que Paisaje Cultural Cafetero esté musicalmente bien representado, esperando que pueda ser una oportunidad que muchos de los grupos se mantengan dentro de una propuesta de turismo inteligente y no destructivo, que necesita que todo lo que se muestra en los festivales se evidencie no solo para los turistas sino para esa gran cantidad de colombianos que desconocen la realidad de la MAC.  

lunes, 23 de agosto de 2010

¿QUÉ ES LA IDENTIDAD NACIONAL?


Hoy quiero conversar acerca de un tema que se podría decir que está directamente anclado con a la publicación anterior, toda vez que quiero ampliar los cuestionamientos que quedaron al final de “La Estética Visual En La Música” los cuales no tienen que ver directamente con  lo musical, pero si están presentes en la música como expresión de las relaciones sociales, por eso la publicación de hoy será diferente, trataré de esbozar mi perspectiva para la respuesta de la pregunta ¿Qué es identidad nacional en Colombia?

Primero que todo hay que decir que la respuesta (aunque suene obvia para algunos) es que no, porque el concepto de Identidad Nacional tiene muchísimos elementos sujetos a él como lo cultural, lo político, lo económico y lo social, solo por mencionar los más grandes, pero así mismo en cada uno hay uno de dichos conceptos hay una cantidad de categorías que precisamente darían cuenta de lo que es identidad nacional pero que en Colombia no es posible hallarlos porque cada uno de esos elementos está separado de los otros lo que se ve expresado en que no ha sido pensado ni siquiera en ¿Qué es lo colombiano?.

Por ejemplo, si se analiza lo político en Colombia, que sería el primer factor definidor en el país las visiones políticas son tan regionalistas que no han permitido pensarnos como unidad con una identidad, por ejemplo solo basta revisar un poco la historia y con anécdotas muestran que la gran mayoría de nuestros gobernantes han pensado en sus intereses particulares y regionales antes que en los intereses de la nación, como fue el caso de un ex presidente que  la primera vía que se construyó de Bogotá a Villavicencio curiosamente cruzó por toda su finca, lo cual generó que el tiempo entre una ciudad y otra, fuera de 5 horas aproximadamente esto éticamente no es más que una prueba fehaciente de lo que aquí se esboza.

Pero eso es solo un gran ejemplo, además si se mira el origen de cada mandatario y el desarrollo de cada zona de donde es oriundo cada presidente, se ve claramente el favorecimiento regional, lo cual es la base para cuestionar por el olvido de las zonas alejadas del país, ¿Será que han sido relegadas porque no han contado con la asistencia de un gobernante de la misma región?   

Lo anterior fue una mínima muestra del problema político detrás de la falta de la construcción una Identidad Nacional pero si abordamos lo cultural, aparece una pregunta de connotaciones políticas inferiores pero no menos complejas, esta pregunta es ¿Qué es lo Colombiano? La respuesta a esta gran pregunta podría definirse desde lo diverso, respetando cada una de las culturas que hacen parte del ser colombiano en este punto existen otra cantidad de obstáculos que no permiten responder claramente a dicho cuestionamiento, toda vez que si se piensa  como cuidad y como región entonces para cada sector del país que lo realmente colombiano es lo autóctono de ellos, y muchas veces niegan las construcciones de otros, la forma más fácil de reconocerlo es ver los conflictos entre departamentos y ciudades y esto atenta directamente sobre la intención de concebir un país diverso donde el reconocimiento del otro es la base para dar el primer paso para la construcción de lo colombiano y agregándole otros aspectos la construcción de una identidad nacional.

Para finalizar quiero dejar claro que este es un tema absolutamente extenso y lo aquí planteado es un ejercicio de expresión subjetiva, que trata de distanciarse de algún compromiso político, espero pues que se pueda generar aquí un debate al respecto para poder encontrar nuevos matices en esta larga y compleja discusión en pro de la identidad nacional para que algún día se pueda comprender que lo colombiano reside en la diversidad de nuestras construcciones culturales y el respeto por cada una de ellas reconociendo el inmenso valor de cada región pero desde la unidad. 

sábado, 21 de agosto de 2010

LA ESTÉTICA VISUAL EN LA MÚSICA

Desde hace unos días después de observar toda la propuesta estética que tienen unos buenos amigos que tienen una banda de rock  llamada Stevia, (http://www.myspace.com/steviaheavyrock) retomé unas inquietudes que desde hace algún tiempo se me han generado a partir precisamente de ver la propuesta visual de muchos grupos musicales de distintos géneros, y sobre esto precisamente es sobre lo que quiero conversar hoy.

Antes de hablar de lo musical específicamente, quisiera plantear un poco el tema desde la identidad como elemento fundamental para la construcción estética toda vez que de allí parte lo que se expresa en lo estético donde muchos individuos buscan diferenciarse de otros desde un sustento estético, donde antes de preguntar por una ideología buscan un reconocimiento estético, es más lo estético refleja su postura ideológica con base a su propuesta estética, lo cual hace que lo que cada individuo transmite visualmente esté directamente relacionado con toda una creación de identidad, lo cual se hace mucho más visible en las llamadas culturas juveniles o tribus urbanas.

Volviendo al tema de la música, resulta muy interesante ver cómo a través de los años lo estético tiene connotaciones de identidades culturales, solo basta ver los grandes duetos de MAC de los años 50 (Los Tolimenses, Silva y Villalba, entre otros) todos lucían atuendos campesinos para mostrar la identidad rural de la MAC en ese momento, aunque eso aún perdura en muchos grupos que son de línea más tradicional y en los concursos de los niños donde los “disfrazan” para mostrar lo que no son, y creo que esa es una de los motivos por los cuales pocas personas jóvenes poco se acercan a la MAC, porque gracias a ese tipo de representaciones de identidad truncadas muchos creen que esta música solo narra historias rurales.

Pero es precisamente la línea contemporánea de la MAC la que desde lo estético hacen una apuesta por lo urbano, elaborando los nuevos lenguajes, como es el caso de duetos como Lluvia y Rocío o Trapiche Molé o grupos como Oí, Secreto a Voces o Septófono, y otros muchos grupos, duetos y solistas que con una propuesta visual un poco llamativa irradian la identidad urbana, pero aún quedan muchos intérpretes que hacen uso del poncho y el sombrero su “identidad cultural”.

Sin lugar a dudas, el Rock es el gran exponente de la propuesta visual llamativa para construir una identidad rockera como tal lo cual es fácilmente evidenciable en cualquier concierto o trabajo discográfico de un determinado grupos.

Para terminar, quiero decir que este es un tema sumamente amplio y lleno de matices de análisis, es algo tan complejo y tan largo como tratar de definir ¿Cuál es la identidad nacional colombiana? o ¿Qué es lo colombiano? Y más si tratamos de mirar la música andina colombiana con la cantidad de propuestas estéticas que se ven en un festival o en un concurso que dan cuenta de la variedad de los cambios  sociales de Colombia.
  

martes, 10 de agosto de 2010

¿POR QUÉ DIFUNDIR?

Algunas veces cuando estoy en una tertulia de MAC, cuando escribo para este blog o cuando simplemente estoy “echando carreta” con alguien sobre nuestro folclor, me pregunto para mis adentros el motivo por el cual difundo tanto la música andina colombiana, y múltiples motivos llegan a mi mente, algunos de ellos trataré de exponerlos hoy.

El primero y más fuerte de todos es porque considero que es una música muy bien hecha que poco se conoce, y es casi un deber social de quienes tienen la posibilidad de conocer un poco más que otros, difundirla pero no con la intención de mostrar cuanto se sabe o no, sino con el único fin invitar a quienes estén interesados a conocer más sobre la música que se hace en la zona andina colombiana, que sin lugar a dudas brinda la oportunidad a quien la conoce un poco más de enamorarse de alguna de sus propuestas, así mismo que es una oportunidad inmejorable para cualificar la calidad de la música que se escucha, es decir, cuando uno tiene la posibilidad de escuchar propuestas bien elaboradas resulta imposible no compararlas con otras, lo cual creo que es un beneficio personal que da la MAC, poder comparar con otras músicas que se hacen en Colombia (no necesariamente folclóricas) que no son de buena calidad y al contrastarlas con la instrumentación y calidad vocal de la música andina contemporánea a todas luces se ve una diferencia abismal.

Otro de los motivos es algo personal, porque me gusta hablar de MAC porque me apasiona tanto y en este momento de mi vida está en tantos espacios que me resulta complicado no hablar de ello a quien veo que muestra interés por el tema, además porque es una pasión que aumenta cuando escucho una canción nueva, cuando un compositor me comparte algunas de sus canciones o cuando encuentro un grupo que su propuesta está llena de elementos que me permiten ir más allá de lo musical.

Hay otro motivo que me invita a difundir, es conocer de cerca la actualidad de la música andina colombiana, tener la oportunidad de escuchar de cerca los nuevos grupos masculinos y femeninos, los duetos, los solistas, en fin, tanta gente que se esfuerza por proponerle buena música al país componiendo e interpretando nuevas armonías que desde mi criterio deben ser publicadas a mucha gente para que no se quede en los oídos de unos pocos, sino que muchas personas tengan la posibilidad de encontrarle su valor emotivo.

Pero sin lugar a dudas el motivo más importante para comprometerme con la difusión de la MAC, son las personas que reciben la música, aquellos que van a las tertulias que les agradezco profundamente porque permiten abrir los círculos de difusión, también con aquellas personas que tengo la posibilidad de conversar sobre esto que tanto me apasiona cuando me hacen alguna pregunta o que tengo la oportunidad de debatir sobre la MAC, así mismo gracias a aquellas personas que me preguntan algo que me invitan a seguir escudriñando en este inmenso mundo para poderles responder, y obviamente a cada uno de los lectores de este blog que me permiten seguir escribiendo para difundir una realidad tan agradable llena de sorpresas cotidianas, gracias a todos ellos soy y seguiré siendo un convencido de las importancia de difundir nuestra música andina colombiana.