Sin lugar a dudas una de las características de la sociedad actual son los pocos espacios que se brindan al individuo para disfrutar de la soledad y del silencio, lo cual se puede percibir en cualquier espacio, siempre hay como acceder la voz de otros ya sea en la radio o en los reproductores de música, porque lo importante es no estar solos. Hoy quiero abordar este tema ya que a partir de un muy buen artículo que leí hace unos días (http://www.elespectador.com/columna-222342-musica-ambiental-de-nuestras-vidas) me llevó a hacer un análisis de algunas actitudes vistas en diferentes espacios que me confirmaron esas sospechas sobre el miedo al silencio que la necesidad de consumir nos implantó.
Tengo el placer de ser cercano al parque nacional natural los nevados, y subir a trabajar de vez en cuando al Nevado del Ruiz (o mejor Cumanday, nombre puesto por los indígenas) y hay algo que me gusta mucho de mi trabajo, es precisamente el silencio que da la cercanía a la montaña y es ahí donde reside el disfrutar del paisaje, toda vez que los sentidos permiten valorar más no solo lo que se ve sino lo que se escucha, huele y palpa dentro de un parque nacional natural. Pero parece que hay quienes no valoran esto, lo digo porque aun recuerdo hace unos tres meses en un sitio curiosamente llamado el “Valle de las Tumbas” o “Valle Del Silencio” cuando venía descendiendo había un vehículo con música a todo volumen además de ser una música en mi criterio poco adecuada para un sitio como ese, porque irrumpía el paisaje con toda la estridencia que compartía para hacer alarde del equipo de sonido de su vehículo, pero lo que realmente estaba haciendo alarde de su ignorancia al desconocer en qué sitio estaba. Recuerdo claramente que escuchaba “Los Cantores de Chipuco” que si bien alguien podría disfrutarlo en medio de una fiesta, no creo que en un parque natural fuera el sitio adecuado para escucharlo a todo volumen, acabando con la tranquilidad que muchos disfrutábamos.
Pero ese es solo un ejemplo de miles que se podrían plantear para mostrar cómo hay quienes no disfrutan de estar solos.
Si bien soy un enamorado de la música reconozco claramente la necesidad y casi que el derecho que cada individuo tiene de vivir momentos de silencio, pero muchas personas se niegan hacer uso de este privilegio para sus oídos, pero lo que personalmente me preocupa es que estas personas obligan a otros a evadir el silencio, el ejemplo es sencillo para entenderlo mejor, recuerdo hace un par de meses una persona en del Parque del Café (Montenegro –Quindío) portaba una grabadora pequeña con mucho volumen y escuchaba reggaetón contaminando el ambiente y no simplemente porque este género musical sea bueno o sea malo, sino porque es otro lugar para disfrutar de un poco de silencio, pero esta persona violenta los oídos de quienes pretenden cambiar el ruido de su cotidianidad por un espacio diferente.
Para terminar, hay que decir que por más que a una persona le guste la música ya sea muy elaborada o simple y sin mensaje alguno, nadie puede obligar a otros a escuchar sus preferencias musicales, y más cuando se está en un sitio donde normalmente las personas van a buscar divertirse de una forma diferente, buscan un sitio no se necesite música y mucho menos a niveles altos que contaminen el ambiente.
El Silencio es el mejor medio para verse por dentro, para, en realidad, entrar en contacto con el interior y reconocerse débil pero también fuerte en otras cosas, es el momento de explorarse, allí en el corazón.... Sin embargo no solo es el silencio exterior, sino también el interior: callar la mente y dejar que los sentidos primen, como en el nevado que ejemplifica Andrés... Es un espacio que todos diarimente debemos tener para alimentar tambien nuestra alma...
ResponderEliminarAtte:
Uchi!
Es una lástima que mucha gente no se de cuenta de la importancia de mirarnos por dentro y repensarnos constantemente.
ResponderEliminarEs que si fuera así, no dejaríamos que en el país pasaran tantas cosas y que la gente permanece callada donde no debería permanecerlo.
SALUDOS