martes, 22 de diciembre de 2009

100 CANCIONES DEL FESTIVAL MONO NUÑEZ


Esta semana una amiga me regaló un compendio musical que desde principios del año había pensado comprar, pero por diferentes motivos no compré pero gracias a un detalle que nunca olvidaré hoy lo degusto lentamente y después de haber escuchado con muchísima atención las 100 canciones tengo algunas apreciaciones que hacer.


Sin lugar a dudas es un excelente trabajo de recopilación, que realmente es un esfuerzo grandísimo que más que recopilación es una selección minuciosa de solo 100 de las muchísimas canciones que se han interpretado y grabado en el festival más importante de música andina colombiana. En dicha selección se reconocen claramente las dos tenencias existentes en los aires andinos colombianos de los que tanto se ha mencionado en este blog, lo cual es apenas normal ya que son 35 años del festival donde hay una transición de lo “tradicional” a lo “contemporáneo” y precisamente el gran valor que tiene para los amantes de la música andina colombiana este trabajo, ya que en esas 100 canciones uno encuentra desde duetos tradicionales como Mejía y Valencia hasta grupos (de esos que no se olvidan por su aporte a la música contemporánea) como Guafa Trío, Palos y Cuerdas o Carolina Muñoz. Lo cual no solo hace recordar sino que al mismo tiempo permite leer la historia de la música andina colombiana en los últimos 30 años.

En esta selección he encontrado versiones de canciones que me han dejado anonadado toda vez que encontré nuevos elementos, como es el caso de una canción instrumental que me gusta bastante “San Pedro en el Espinal” en versión del grupo caldense Saxofonía, o "Ayer y Hoy" vals interpretado por la siempre grande Niyireth Alarcón, de la misma forma que me alegró versiones que marcaron una época o que marcaron por su estilo de interpretación, y como valor agregado hallé el nombre de una canción instrumental que me encanta pero que no había podido saber cuál era su nombre y ahora sé que se llama Ríete Gabriel. Todos hallazgos permiten ver que ha sido un trabajo importante de búsqueda de buenas interpretaciones que de alguna manera han marcado los aires andinos colombianos.

Pero creo que no todo puede ser alabanzas a diestra y siniestra, es importante hacer críticas desde una perspectiva muy personal, pero no es con ánimo destructivo son más unos cuestionamientos que pueden ser resueltos en otras ediciones de este tipo de recopilaciones.

La crítica reside en que considero que faltan propuestas como las de “Música para El Pie Izquierdo” “Luz Marina Posada” que han hecho un valioso en las transiciones de la música andina colombiana, así mismo creo que fueron muy cortos con intérpretes como Niyireth Alarcón, ya que solo hay una canción en su magnífica voz, mientras que con el dueto Mejía y Valencia, que con todo respeto no son lo suficientemente talentosos para que se hayan publicado 3 canciones, mientras que se omitieron duetos con mejores propuestas musicales cómo puede ser el caso de los Hermanos Calero, que marcaron un nivel muy importante en la música andina colombiana, y que para mi sorpresa no los encontré por ningún lado, o duetos como Lluvia y Rocío y Las Zurronas. También estimo que se quedaron cortos con la obra de un gran grupo como Bandola, ya que solo hay una canción y no es de la del repertorio que hace de Bandola uno de los grupos preferidos por muchos de los asistentes al Mono Núñez.

Pero tampoco se trata ahora de demeritar una recopilación musical tan valiosa, es más ojalá tengamos más frecuentemente este tipo de obras en el mercado para poder hacer difusión de un género musical que a veces es tratado injustamente por desconocimiento.

viernes, 18 de diciembre de 2009

DE LO TRADICIONAL A LO CONTEMPORÁNEO


En múltiples ocasiones se ha mencionado aquí la tendencia tradicional y la tendencia contemporánea en la música andina colombiana, pero nunca se ha analizado realmente la transición entre una y otra, por lo tanto hoy se intentará ampliar un poco mi visión al respecto.


No se puede entender la música andina colombiana como algo quieto o que empezó las transformaciones hace un par de décadas, no, los aires musicales colombianos vienen cambiando desde sus inicios, cuando pasaron de ser “Cantos Patrióticos” que acompañaron la revolución comunera y el proceso independencia, a evolucionar cuando aparece el bambuco como tal, y la incorporación de duetos y estudiantinas a principios del siglo XX.

A lo largo de dicho siglo la MAC (Música Andina Colombiana) desarrolló diferentes transformaciones, pero en la década de los 50 se generan unos cambios valiosísimos por cuanto que hay una internacionalización de la propuesta musical que en ese momento se denominaba “música colombiana” por ejemplo, no fue coincidencia ni gratuito que Brigitte Bardot grabara el bambuco picaresco “El Cuchipe” en video, (http://www.youtube.com/watch?v=05XLmMxw1l8). La connotación que esto tiene es que una mujer con reconocimiento internacional en furor en ese momento, decidiera interpretar una canción colombiana significa que a nivel internacional había un difusión importante del folclor andino colombiano, y la respuesta al porqué de este avance radica a que en la década de los 50 hubo un progreso tecnológico en Colombia, toda vez que bajo la presidencia del General Rojas Pinilla se introduce la televisión al país lo cual se convirtió en una herramienta de difusión muy valiosa, además que iba de la mano con el desarrollo de la radio ya que venía haciéndose desde 1923. Con dos instrumentos de difusión tan importantes, la producción musical colombiana tenía muchas posibilidades de expansión internacional y si a esto se le agrega que en ese periodo de la historia la música tradicional no competía con otros géneros musicales como posteriormente sucedió con el bolero en la década de los 70 y de ahí hacía arriba tuvo que competir con diferentes géneros. Todo lo anterior construyó lo que algunos llaman la época de oro de la MAC por el contexto en el cual se desarrollo.

Sustentados en la mencionada evolución de los años 50, la MAC sigue su proceso de construcción echando mano cada vez más de los recursos que llegan al país como es el caso de la fusión con otros géneros musicales, implementación de instrumentos no tradicionales dentro de la MAC y un mejoramiento ostensible de la calidad de las voces que interpretaban los aires andinos colombianos que sin lugar a dudas configuraba unas de las grandes debilidades de los grupos de la denominada época de oro ya que los duetos más representativos de esa época (Garzón y Collazos, Silva y Villalba, los Hmnos. Martínez, entre otros) no tenían conocimientos técnicos en las formas de interpretación vocal, es precisamente en este aspecto donde se marca una diferencia que fácilmente se percibe con los duetos contemporáneos aunque también hay diferencias en lo musical lo vocal es lo que poco sabemos de música apreciamos llanamente.

Todo lo anterior explica el porqué los cambios en la música de la zona más grande del país (esto no implica que sea más o menos que las otras regiones de Colombia) no es algo desligado de las transformaciones sociales del contexto político, económico y cultural del mismo, sino que la MAC es un medio por el cual se expresan los cambios, no es un fin debido a que el país no cambia para poder transformar su música. Por lo cual siempre se estará sujeto a evoluciones que darán cuenta del movimiento de las formas de vida y de las realciones con el exterior.

jueves, 10 de diciembre de 2009

AUGE DE LAS MÚSICAS COLOMBIANAS

Hoy quiero plantear un tema algo espinoso y que pudiera generar controversia aunque el objetivo no será ese, el fin es hacer análisis de algunas manifestaciones de ciertos géneros de las músicas colombianas.

Recuerdo que hace tres años cuando fui por primera vez al Festival Mono Núñez me llamaba mucho la atención como muchos de los asistentes al festival de la plaza (evento de asistencia libre en la plaza del pueblo, donde todos los grupos que asisten al festival tocan para el público allí agolpado) bailaban con gran destreza la muisca del sur del país, ritmos como sayas, bambucos sureños, sanjuanitos, entre otros, pero un año después este auge se disminuyó notablemente, pero a su vez surgió un interés por la propuesta musical del pacífico colombiano, entonces era fácil ver bailar a muchos de esos asistentes que antes bailaban la música del sur, ahora gozaban con Currulaos, Bundes y otros ritmos de la costa pacífica.

Esto me lleva a pensar en la posibilidad que esto sea cuestión de moda, por lo efímero del interés, además si se analiza el furor en que el que está la música del pacífico a partir de propuestas como las de Chocquibtown o festivales como el Petronio Álvarez que en el presente año logró una participación de público no solo afrodecendiente multitudinaria, interés que no se había generado antes y de un momento a otro muchas personas despertaron su encanto por esta zona del país y por sus manifestaciones culturales. Una de las posibles explicaciones para dicho fenómeno es que en los últimos años se ha construido el concepto de afrocolombianidad desde la igualdad, lo cual ha generado que la música del pacífico sea interpretada y bailada no solo por gente de esa zona sino por gente de todo el país, lo cual es supremamente valioso y necesario para el folclor del país, pero lo importante es que sea algo que perdure que realmente se sostenga en el tiempo y que no pase como el auge de la música del sur del país, que la “fiebre” duro unos 6 años aproximadamente.

Hay algo que tiene a favor la música del pacífico sobre otros géneros folclóricos, que sus ritmos dan la facilidad de bailar lo cual ayuda al proceso de masificación popular por medio de la difusión en los medios de comunicación más fuertes, toda vez que es innegable que la música que se puede bailar tiene más acogida que la que es un poco más difícil de hacerlo, es más, de esta manera fue que el vallenato tuvo la aceptación en la zona andina colombiana, toda vez que propuestas musicales como las de Carlos Vives acercaron las formas de bailar propias de la costa atlántica al interior del país. Y lo mismo está sucediendo en la actualidad en el auge de la música del pacífico ya que el ritmo “pegajoso” que invita a bailar ayuda despertar el interés por ese tipo de propuestas musicales.

Ahora bien, la pregunta que surge es: ¿Cuándo será el periodo de auge de la música andina colombiana? O ¿Será que ya pasó, fue la que algunos llaman “La Edad de Oro”, la de los años 50? La época de Silvia y Villalba, Garzón y Collazos y los Hermanos Martínez, porque si es así es necesario hacer una difusión lo suficientemente masiva para mostrar que hace mucho tiempo se pasó de esa época, y que sin lugar a dudas hoy en día se hay propuestas muchísimo mejores que en “La Edad de Oro”, sin decir que esa época fue mala, sino que la música andina ha avanzado instrumental y vocalmente lo cual es necesario mostrar, ya que se están haciendo propuestas que responden a la realidad urbana del país, tomando en cuenta obviamente algunos de los aspectos más relevantes del campo colombiano.

Entonces, que interesante es ver que las músicas colombianas se están difundiendo a través de diferentes formas explotando sus potencialidades, pero es importante sostener dicha difusión no solo por moda sino por mostrar las representaciones culturales actualizadas que responden a los cambios del país, para intentar que se deje de ver el folclor autóctono como lo antiguo y que solo trae remembranzas de un pasado que no volverá, no, es necesario entender el folclor desde sus transformaciones contemporáneas.