viernes, 18 de febrero de 2011

¿POR QUÉ AUN EXISTE LA MÚSICA ANDINA COLOMBIANA?


Hace unos meses atrás, en un conversatorio sobre los últimos 20 años de la música andina colombiana (MAC) con un público en su mayoría lejano a este género musical, alguien me preguntaba acerca de ¿Por qué aun se hace MAC? Y yo tuve una respuesta aparentemente sencilla y obvia “porque hay nuevos compositores” lo que con razón le causó una reacción por lo básico y sin argumentos académicos de mi respuesta, pero hablar de nuevos compositores implica una cantidad de elementos sociológicos que resultan fundamentales para comprender la realidad de la MAC, y es sobre la importancia de esos nuevos compositores quiero conversar hoy, pero no en términos muy sociológicos.

Primero hay que decir que es muy normal que haya nuevos compositores porque como se ha dicho en infinidad de ocasiones en este espacio la MAC es un género que se sigue escribiendo y que es tan válido como cualquier otro por lo cual siempre habrá quién quiera componer un bambuco o un pasillo, o cualquiera de los más de 20 ritmos de la zona andina colombiana.

¿Pero que significa que se sigan componiendo en las músicas tradicionales? Significa que las sociedades conforme van cambiando con los procesos sociales las músicas tradicionales también van cambiando, y son los nuevos compositores y compositoras quienes se han encargado de dar cuenta de muchas de las transformaciones sociales, porque al componer con base en sus experiencias personales están narrando la realidad de unas relaciones sociales, porque nadie puede narrar lo que no ha vivido. Y para el caso específico del contexto actual de la zona andina colombiana, la realidad está mediada por situaciones urbanos y con la forma de pensamiento urbano como tal.

Colombia se narra, se expresa y se escucha en la música tradicional de la zona andina colombiana por medio de compositores y compositoras de la calidad de Ancizar Castrillón, Luz Marina Posada, Fernando Salazar Wagner, Doris Zapata, John Claro, Marta Gómez, John Jairo Torres Delapava, Jairo Ojeda, Guillermo Calderón entre muchísimos otros, además de los grupos que interpretan las composiciones de sus integrantes como es el caso de Oí o Secreto a Voces, así mismo los compositores instrumentales que tanto le han aportado a la MAC como Lucas Saboya o el gran maestro León Cardona.   
   
Es gracias a todos quienes tienen la labor dedicada, constante y casi sistemática de escribir la nueva música andina colombiana, se puede hablar de los nuevos discursos del folclor musical colombiano, ese que los nuevos intérpretes le dan vida a esas composiciones que son otra cosa que seguir escribiendo y contando la historia de Colombia. Gracias Infinitas a quienes componen y a quienes interpretan la realidad de este país, por hacer más evidente que las músicas tradicionales no han muerto y por muchos años parecen que no morirán.

martes, 8 de febrero de 2011

UNA VERDADERA JOYA


Durante estos días tuve la oportunidad de escuchar en múltiples ocasiones el trabajo musical de Marco Fidel Castro, quién desde hace un par de años decidió lanzarse como solista después de una amplísima trayectoria en el gran dueto manizaleño, “Renaceres”, pero ¿Quién es Marco Fidel Castro? Para las personas que son un poco alejadas a la realidad de la MAC (Música Andina Colombiana) Marco, es un intérprete que como solista ha ganado distintos premios en los más importantes festivales de música andina colombiana además que su trayectoria no solo está en la MAC, sino que ha participado en el taller de ópera de la Universidad de Caldas con grandes interpretaciones, entre otros espacios musicales en Colombia.

El CD se llama “Joyas para el Recuerdo”, y hay que decir que se nota que se nota un esfuerzo por hacer una buena selección de canciones de diferentes épocas con desde la interpretación contemporánea muy interesante, donde hay un respeto por clásicos como “Las Moras” de José Macías de la misma forma que la interpretación de “Ojos de yo no sé qué” del maestro Lucho Vergara que es una canción un poco más contemporánea pero que en “Joyas del Recuerdo” se disfrutan de la misma manera por la enorme calidad de cómo fueron hechas. Así mismo, el trabajo no solo se notó en lo musical sino que el diseño de la carátula y del interior del disco, las fotos, la edición, el manejo del color, es realmente agradable a los sentidos, lo cual permite disfrutar no solo cuando se escucha sino cuando se lee cada letra de canción.

En un par de las múltiples ocasiones que lo he escuchado hice un ejercicio para comparar visiones sobre el CD lo escuché en  compañía de unas personas que poco saben de  MAC y con personas que gustan de género como el bolero o el tango y de lo más tradicional de la MAC y en ambas experiencias recibí comentarios muy positivos sobre la forma de interpretación de Marco, así mismo por las canciones escogidas en el disco y por el diseño del disco entre otros aspectos que coincidieron con la apreciación que hice del trabajo hecho en el CD, y esto es realmente significativo porque permite evidenciar la calidad musical y el gran esfuerzo que cuesta hacer un disco con las características de Joyas del Recuerdo.  

Creo que comprar Joyas del Recuerdo, no es solo hacer una apuesta por apoyar a un artista colombiano, sino que es la posibilidad de acceder a una propuesta musical elaborada, con calidad instrumental y vocal, donde es fácil darse cuenta que cada canción del disco fue escogida con detenimiento tomando en cuenta que en el repertorio de  Marco Fidel hay muchísimas interpretaciones, sobre las cuales se escogieron las más importantes. Lo cual permite a quien escucha conocer que tiene un gran trabajo musical en sus manos, hecho con paciencia y con una conciencia musical, esa que pocas veces se encuentra en la música comercial.

La invitación final es pues, a disfrutar con todos los sentidos y con toda confianza sobre un  gran trabajo de una verdadera joya del recuerdo.