Aunque el año de
festivales de Música Andina Colombiana (MAC) no haya acabado, (por
fortuna aun quedan algunos festivales y concursos por disfrutar) hoy quiero
compartir algo que he notando de forma reiterativa durante este año. Pretendo conversar
sobre la nueva generación de intérpretes que se está en auge y que lentamente
está reemplazando una gran época de intérpretes de MAC.
Esta nueva generación
de intérpretes tanto vocales como instrumentales, es un grupo muy joven la gran
mayoría estudiantes universitarios incluso hay algunos que aun están en el
colegio, lo cual es muy gratificante por cuanto se evidencia que las propuestas
de la MAC no son un futuro sino que son un presente en construcción permanente.
Es muy agradable ver a estos jóvenes intérpretes con una alta calidad interpretativa,
estudiosos de este apasionante género, conocedores del pasado y del presente, y
que disfrutan interpretar los ritmos de la región andina.
Esta generación
de intérpretes está reemplazando a un caudal de intérpretes que hicieron mucho
por la MAC, ya que dejaron una huella imborrable para la historia de los ritmos
de la región andina colombiana. La tarea de estos nuevos miembros de la historia
de la MAC es continuar con todo lo que se ha construido y obviamente ellos
mismos dar su aporte, para que este género musical siga subiendo de nivel para
que continúe contando la realidad colombiana en todos sus aspectos.
Quiero aclarar que en
la MAC al igual que en muchas otras músicas que se construyen con el tiempo,
son muchas las generaciones que van superando a otras, lo importante que cada
una deja una huella para la historia por medio de lo que hizo en su contexto. Y
lo que se ha construido en nuestra música andina colombiana es muy valioso y
esta nueva generación es consciente de ello y creo que de ahí nace sin duda una
de sus motivaciones para aportar al desarrollo de la MAC. Desean continuar con
ese progreso de las músicas colombianas aportando lo que los distintos espacios
de socialización les permiten implementar para sus interpretaciones. Y creo que
ahí reside el gran valor de cada generación que se enfrenta a la música de la
región andina colombiana, porque construyen desde su contexto, desde lo que el
mundo actual les propone para continuar con una expresión cultural que
sencillamente ha narrado la historia del país y que hasta hoy lo sigue haciendo
por medio de estos jóvenes convencidos de la MAC.
Como conclusión,
puedo decir que veo con esperanza un cambio generacional prometedor, que
alimenta los sueños de ver una MAC cada vez más reconocida en distintos ámbitos
(académicos, populares, entre otros) y con la misión de seguir con un legado
que no ha hecho más que musicalizar la realidad del país.
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