Esta entrada quiero dedicarla a unas emociones generadas
por algo sucedido durante este fin de semana. Primero, quiero compartir la
alegría de ver surgir el festival Pedro Morales Pino en Cartago, Valle del
Cauca. Un festival bien organizado, donde se respetó a los músicos, el nivel de
los participantes fue altísimo, un encuentro de ambiente fraternal y con
posibilidades de compartir en todo momento, ya que no hubo concurso, además que
tuvo unos espacios formadores de público, entre otros aspectos que me llamaron
mucho la atención, y que hoy pretendo compartir. Lo segundo, es una
preocupación porque se confirmó un rumor
que desde hace un par de semanas algunos comentaban, es el cierre de la
fundación Luis Carlos González encargada de realizar el Concurso Nacional del
Bambuco de Pereira, por lo tanto, con el cierre de la fundación se acaba un
concurso que por 21 años fue uno de los más representativos de la región.
Quiero iniciar con el maravilloso Primer Festival de MAC
Pedro Morales Pino, un espacio donde se le rindió homenaje a quien fue y será,
sin duda, uno de los músicos más influyentes del siglo XX en Colombia, necesitaba
que le rindieran un homenaje y mejor aun, en su pueblo natal. Esto creó un
nuevo espacio para el crecimiento de la MAC (Música Andina Colombiana). Fue un festival
con una organización perfecta, donde hospedaron a los músicos en un hotel donde
daba gusto ir, por la atención y por el sitio mismo, cosa que no pasa siempre,
ya que en algunos festivales a quien peor tratan es al artista, quien es
finalmente el corazón de un encuentro musical. Así mismo, tener un presentador
con el conocimiento y con la conciencia de difundir de manera didáctica la MAC
como el maestro Jairo Rincón, fue algo muy acertado porque de manera pedagógica
presentó a cada propuesta. También, concluir el festival en un espacio abierto
de entrada libre, reviste un componente fundamental para atraer nuevos
públicos, y fue tan productivo este ejercicio que el público dejó asombrados
músicos, expertos y personas que allí llegaron a ver este nuevo espacio, por su
excelente comportamiento, incluso con un silencio en la interpretaciones que no
se ve en festivales con más tradición donde el público aplaude o habla mientras
el artista aun está interpretando. Este fue uno de los componentes que más me
llamaron la atención, porque esto motiva a seguir generando espacios así, ya
que la gente respondió.
El segundo tema que quiero plantear, es mi enorme
preocupación por la cancelación definitiva del Concurso Nacional del Bambuco
Luis Carlos González, por que sin duda alguna, acabaron con una de las
tradiciones culturales contemporáneas del eje cafetero, también con un concurso
donde los nuevos intérpretes de la MAC empezaban a hacer su carrera, casos como
los de Niyireth Alarcón o Carolina Muñoz, dan cuenta de la escuela que estaba
haciendo el concurso, que hoy por motivos tan extraños, como confusos cierra
sus puertas. Además que se pierde la posibilidad de mantener viva la obra del
Poeta Bambuquero, ya que sus versos en cada concurso se repetían de distintas
formas e interpretaciones y que ahora quedarán solo en grabaciones, porque
acabaron la posibilidad de hablar de Luis Carlos González a partir de bambucos,
con la diversidad y particularidad que un concurso de MAC le puede dar. Es un
pérdida grave para la red de festivales de este género musical que necesita más
espacios y con el fin del Concurso Nacional del Bambuco Luis Carlos González,
como lo conocemos se le da un golpe a la música de la región andina colombiana.
Desde este espacio quiero invitar a los gestores de la
cultura en Pereira, a las instituciones y a todo aquel que le duela la MAC a
que se genere otro espacio, pero Pereira no se puede quedar sin un festival, porque
tiene público, infraestructura y músicos para poder hacerlo.
Para terminar, deseo hacer un llamado
tanto a los organizadores del festival Pedro Morales Pino, como a quienes
desean hacer otro festival en Pereira. Hay que seguir trabajando por la MAC
para formar más público y que nuestros músicos sigan descubriendo el valor de
la música andina colombiana.
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