Hay un tema que desde hace un muy buen tiempo quería
abordar en este espacio, pero por ser de alguna manera polémico, incluso
espinoso, me había resistido un poco en publicar algo sobre eso, pero hoy, deseo
publicar mi lectura de un formato de nuestra música andina colombiana que en mi
criterio debe repensarse, releerse, pero sobre todo, refrescarse. Estoy hablando
de los duetos masculinos.
Digo que es un tema polémico porque el formato del dueto
masculino, le ha traído grandes reconocimientos a la música andina colombiana, no
en vano la denominada “Época de Oro” de los años 50 fue protagonizada por
grandes duetos masculinos como Garzón y Collazos, Los Hermanos Martínez y otros
tantos que labraron la historia de nuestra música tradicional, así mismo
tampoco se puede desconocer que duetos como Pelón y Marín llevaron nuestra
música a México, es por eso que el primer bambuco se grabó en ese país en el
año de 1908. (https://www.youtube.com/watch?v=N47ic3wwsFI&list=PLBdzXBcUlXURzQoVzkH3PAsvCXWRmFMyG).
De ahí que referirse a ellos es complejo y exige conocimiento de la historia y
mucho respeto por todo lo construido por este formato que tanto le aportó a la
música tradicional de la región andina colombiana, y que por dinámicas
políticas centralistas llegó a ser denominada como la Música Colombiana,
negando las otras expresiones musicales del país como parte de la música
colombiana también.
Pero, para nadie es un secreto, que los duetos masculinos
han cambiado muy poco desde la época que se mencionó en el párrafo anterior. Es
por eso que aun vemos duetos acartonados, con atuendos elegantes, con
repertorios muy parecidos y con unas formas de interpretación casi idénticas. Lo
que preocupa es que son muy pocos los duetos masculinos actuales que son
distintos, frescos, con otro tipo de arreglos. Me atrevo a afirmar que los
duetos que intentan plantear algo nuevo se pueden contar en la palma de la
mano. Pero el problema no solo pasa por los intérpretes, es un problema del
género, porque hay jurados de festivales, que premian las propuestas
tradicionales, que no innovan y siguen repitiendo un esquema que en mi opinión
está caduco. Puede ser por eso que en oportunidades eso pocos duetos que se esfuerzan
por hacer algo distinto y por cambiar, ni siquiera pasan a las finales de
festivales de música andina colombiana que se suponen que es para incentivar la
creación.
Algunas personas se preguntarán porqué solo hago
referencia a los duetos masculinos y no a los femeninos. Lo que pasa es que
este formato si se ha reinventado, de ahí que hayan propuestas realizadas por
mujeres que son frescas, alegres, innovadoras y variadas dentro de un mismo
formato. Incluso, en mayor cantidad y calidad que los duetos masculinos.
Cada que asisto a un festival, me pregunto ¿Por qué casi no hay duetos masculinos que no estén
encorbatados o que no tengan unos atuendos tradicionales? (esos de poncho y sombrero). Personalmente me aburre ver propuestas
que no sorprenden, no tienen nada nuevo que decir en sus contenidos, desde lo
estético, desde lo simbólico y desde los propios repertorios.
Por todo lo anterior, es que invito a los duetos a innovar,
a arriesgarse, a liberarse un poco de ese enorme peso que cargan al hacer parte
de un formato que tanto reconocimiento le ha dado a nuestra música. Hay que soñar con otras formas de duetos,
distinta, alegre, actualizada.