Desde el mes de junio salió a la venta un trabajo
instrumental de música andina colombiana (MAC) que me llamó la atención no solo
por la calidad de interpretaciones, sino por varios elementos subyacentes que
deseo compartirles hoy.
El trabajo discográfico es del trío de Ginebra Valle del
Cauca, Ida y Vuelta, quienes son fruto
del proceso de la escuela de música que nació a partir de dinámicas
circundantes al festival Mono Núñez, Canto por la Vida. Pero que hoy tiene
independencia total de quienes organizan dicho festival. ¿Pero, por qué señalo
su procedencia? Porque en mi criterio ese es uno de los argumentos más valiosos
que tiene este trío típico colombiano (Tiple, Guitarra y Bandola), dado que son
consecuencia de procesos de formación en la MAC, conociendo el repertorio, los
compositores y la historia, de ahí que en este bello trabajo llamado Filigrana,
se note eso. Porque es innegable e inocultable el conocimiento de causa que hay
en las interpretaciones y el concepto del trío como tal. Para comprobarlo solo
hay que cruzar algunas palabras con cualquiera de sus integrantes e
inmediatamente se percata uno que saben por qué hacen música, por qué son
maestros de la escuela Canto por la Vida y hacia dónde quieren ir.
Esto último, lamentablemente no se ve tanto como debería
dentro de este género, ya que para nadie es un secreto que hay muchísimos
grupos que se organizan para los festivales y al acabar de “festivalear” se
desintegran. Quedando vacío el aporte realizado y los premios recibidos. Pero
en el caso de Ida y Vuelta es diferente, porque ya han participado en muchos de
los festivales, recibiendo reconocimientos. El más recordado, fue cuando
ganaron el “Mono Núñez” en el año 2011, porque la celebración involucró a todos
los integrantes de la escuela y a muchos de quienes admiran su labor. Teniendo como
valor agregado que la celebración fue más especial porque “ganaron los de casa”.
Al escuchar minuciosamente Filigrana, uno encuentra algo
muy interesante, es un punto de encuentro entre los tríos instrumentales del
siglo XX y las composiciones contemporáneas. Dado que forma intencionada realizaron la producción
no solo con obras colombianas sino con obras de la música clásica, encontrando así
en el disco interpretaciones como el Opus 9 Nº 2 de Frédéric Chopin y
Vibraciones de Jacob do Bandolim. Tal como lo hicieran el trío Morales Pino o
el Trio Guadalajara. Tal como lo señala el maestro Gustavo Adolfo Rengifo en la
bella e ilustrativa presentación que él le realizó al disco.
Para terminar, quiero decir que me gustó muchísimo el
nombre del disco, ya que el término FILIGRANA indica, dedicación, múltiples
detalles y belleza, elementos que claramente se encuentran en esta producción
discográfica que es muy agradable de escuchar, por la variedad de
interpretaciones, así mismo por saber su procedencia, donde se demuestra la
importancia de los procesos de formación dentro de la música tradicional de la
zona andina colombiana. La invitación queda para escuchar este bonito trabajo
musical que está llena de elementos valiosos para nuestra MAC.