lunes, 30 de noviembre de 2009

ARTE INSTRUMENTAL

Dentro de la Música Andina Colombiana (MAC) hay dos líneas musicales, la vocal, de la cual se ha hablado en múltiples ocasiones y la instrumental sobre la cual pocas veces se ha escrito algo dados mis pocos conocimientos de dicha línea, con esto no estoy diciendo que soy un erudito en la línea vocal, para nada, sino que conozco un poco más toda vez que hay una afinidad entre lo que uno entiende más fácil sin necesidad de conocer mucho sobre música.


Ahora bien, en el presente post se va analizar un poco la línea instrumental dado que tiene un aporte fundamental dentro de la MAC, por cuanto representa unos imaginarios no expresados vocalmente, sino que es una abstracción de ideas representadas en unas notas musicales que representan la subjetividad del autor y que pueden ser interpretadas por quien las escucha de forma totalmente diferente a las intenciones del compositor, allí reside precisamente la riqueza de escuchar música instrumental ya que se puede interpretar de manera subjetiva según los estados de ánimo de quien escucha. Además como se mencionó en otro post, en la música instrumental se encuentran compositores realmente virtuosos porque son capaces de expresar ideas sin modular palabras e utilizan la música como herramienta creadora de símbolos.

Sin lugar a dudas, en la MAC hay compositores y grupos que logrado transmitir unas ideas a partir de propuestas musicales llenas de colores y matices que oxigenan y actualizan las construcciones musicales, tal es el caso del Maestro León Cardona quien hizo un aporte valiosísimo ya que introdujo unos elementos con los cuales innovó lo que se había hecho hasta el momento en la MAC. Así mismo existen grupos que generaron un avance muy significativo toda vez que incorporaron fusiones de corte urbano, sustentado en el aporte que hicieron otros géneros musicales que se empezaron a escuchar gracias a la apertura económica que como bien se sabe trajo detrás la unas culturas que tuvieron aportes positivos y negativos para la música nacional, pero para el presente Post van a ser entendidos como positivos.

Algunos de esos grupos son Guafa Trío (Bogotá), Ensamble Tríptico (Bogotá), Acentos (Caldas), Palos y Cuerdas (Boyacá), entre otros grupos han realizado un trabajo excepcional en pro de una actualización cultural a través de la música de la región andina, que permiten leer en sus propuestas musicales unos cambios culturales del país. Del mismo modo el aporte hecho el año anterior por la Filarmónica de Bogotá cuando hicieron unas adaptaciones de la MAC para una orquesta filarmónica e incorporaron instrumentos autóctonos al esquema de su propuesta musical, y esto construyó una fusión muy interesante, además que tuvieron una acogida en el público pocas veces vista en la MAC ya que fueron ganadores de un premio Gramy por sus ventas, lo cual es muy importante porque esto debe ser entendido como una posibilidad de difusión de un género que desafortunadamente no tiene mucha acogida en los medios de comunicación. Quizás una crítica que alguien podría hacer a lo realizado por la Filarmónica de Bogotá, es que tomaron un repertorio de la MAC de los años 50 y omitieron canciones instrumentales contemporáneas. Pero es innegable el gran aporte que hicieron para la difusión de un género que pareciera estar en el olvido por muchos.

Para finalizar hay que decir que la MAC instrumental es un componente fundamental para desarrollo cultural ya que motiva al estudio académico de la música y a fusionar con responsabilidad es decir que es mezclar cualquier ritmo sino los que puedan tener puntos de encuentro con las construcciones musicales nuestras.

lunes, 23 de noviembre de 2009

NIÑOS EN LA MÚSICA ANDINA COLOBIANA

Hoy, quiero abordar un tema que tiene 2 posibilidades de expresión, el tema son los niños en la música andina colombiana, y las perspectivas son: 1. Canciones dedicadas a los niños, y los discursos que allí hay implícitos y 2. Niños que interpretan música andina colombiana, así mismo descubrir algunos elementos de análisis.


Deseo empezar el análisis con un vals muy tradicional, Ojalá No Crecieras interpretado por los Hermanos Martínez, es un cantó a la ternura e inocencia de la infancia en cual se hace una pequeña descripción del proceso de crecimiento biológico y de los sufrimientos que a cada individuo le han de tocar expresados en la vejez, es un canto nostálgico donde la frase “Cuanto diera porque no crecieras” es el eje central de una mirada conservadora, por detener el proceso obvio, (en la mayoría de los casos) perspectiva que resulta es normal en la medida que muchos lo han pensado para los niños que llegan a un mundo tan caótico como el actual, pero pensar en que alguien por más que se quiera no crezca es negarle la posibilidad de acceder al mundo, pero sin entrar en profundizaciones innecesarias para una canción que tampoco lo hace mucho es un error, solo puede entenderse como un vals tradicional que responde a las concepciones de la época en la que fue escrita, la Colombia de mitad del siglo XX.

Ahora expondré brevemente un bambuco que tiene unas connotaciones políticas muy interesantes ya que “Daniela”, compuesta por Guillermo Calderón, toda vez que son los cuestionamientos que se hace un padre para responderle a su hija sobre algunos de los problemas sociales del país, Pobreza y Guerra, y es precisamente allí donde reside el valor político de dicho bambuco en la medida que se cuestiona por lo que pasa en el contexto en que se vive y no solo se habla de los sentimientos que se generan por el nacimiento de una niña en este caso, sino que está planteando dos problemas sustanciales que aquejan al país, además hay que mencionar el lenguaje de la canción es en términos urbanos, aunque si bien al principio describe un contexto rural, más adelante plantea un espacio urbano cuando dice “¿por qué otros niños viven bajo la tierra?...” aunque alguien podría plantearlo como una contradicción porque la mencionada.

Para terminar la primera parte, quiero mencionar que la canción ganadora como obra inédita en el pasado Festival Mono Núñez “Al caer el Sol” de Luis Fernando Hermida, es dedicada a una niña precisamente, lo realmente valioso de dicha canción es que está referida totalmente en términos urbanos lo cual demarca la transformación cultural del país expresada en la música andina colombiana. Resulta imposible hablar que de las canciones compuestas por la maestra Luz Marina Posada, dado que tiene un sentido crítico impresionante, ya que canciones como “Quiero darte un Mundo Nuevo” es la representación de cómo los niños cambian las visiones del mundo, y de allí se justifica transformarlo - el mundo- para hacer felices a quienes precisamente son la motivación para hacerlo.

El segundo tema para abordar, es la forma de interpretar de los niños en la música andina, primero que todo es fundamental que haya niños que estén cantando la música de dicha zona del país ya que se continua con la tradición oral, además de incentivar nuevas formas de composición e interpretación y encuentros como Mateo Ibarra Conde que se hace en el marco del Festival Mono Núñez o el concurso Colombia Canta y Encanta que se realiza en Medellín, entre otros festivales y encuentros infantiles del género, son el mejor de los espacios para apoyar los nuevos talentos toda vez que se vuelven escuelas donde el compartir experiencias es el elemento fundamental para poder motivar a los niños a que hagan música andina colombiana.

Pero hay algo que me llama poderosamente es ver los atuendos con los que muchos niños se visten para cantar, algunos niños se visten de campesinos cuando son niños de un contexto urbano, lo cual desde mi perspectiva es un problema que hay dentro de la música andina colombiana, ya que al vestirse así reproducen un pensamiento rural lejano a sus vivencias, y que no ayuda a que los niños se vean reflejados en dicho género sino que lo hagan por conservar unas costumbres rurales que ya no se tienen, pero tengo que aclarar que los concursos y encuentros nada tienen que ver en dicha visión ya que no hay una norma que obligue a vestirse de una forma o la otra.

La invitación que hago desde aquí es que se siga apoyando a los niños que cantan pero que se les motive a dejar las representaciones rurales para que la música andina colombiana pueda avanzar más rápido en una visión urbana del folclor.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

FUSIONES QUE ACTUALIZAN EL DISCURSO

A principios de este año encontré una propuesta musical andina colombiana, que me llamo muchísimo la atención por su innovación en el esquema del grupo como tal, ya que es una propuesta relajada y algo desparpajada, lejos de la propuesta cuadriculada tradicional ya tan típica en el género.

Este interesante grupo se llama Ensamble Oí, y como se mencionó anteriormente ellos realizan una propuesta aparte de ser musicalmente muy buena, generan una transformación dado que variaron las formas de interpretar ciertas canciones que son clásicas dentro del género andino colombiano, pero que han tenido muchos intérpretes en diferentes épocas, canciones como “Cuatro Preguntas” o “Bambuco Lunar”, Oí les ha dado un aire nuevo al presentarlas, es más, por una de estas propuestas específicamente por su versión de “Un tiple y un Corazón” bambuco de José A morales fue que llegué a ellos.

El grupo tiene el esquema básico de tiple, guitarra y un solista, pero la diferencia es en la forma de interpretar con alegría y descomplicados, además que en sus composiciones como “La niña de la Flor”, “En mi piel” o “El abrazo apreta´o” hay una temática nueva de carácter urbano, no solo en la letra, sino en las fusiones ya que “En mi piel” tiene fusiones con pop, lo cual es un cambio en los imaginarios de la música andina colombiana, toda vez que se le da una mirada más comercial, lo creo que es necesario ya que tristemente este género por ponerse a avanzar académicamente se alejo de la gente del común y este tipo de fusiones de fines comerciales lo que hacen es tratar de difundir lo que se está haciendo, para quienes desconocen la actualidad del folclor colombiano.

Hay otro elemento que hace de Oí un grupo que se preocupa por la difusión de la música andina colombiana, ya que es uno de los grupos que tienen más videos y crónicas publicados en el portal www.youtube.com, además de tener un video con formato especial y todas las características de un video comercial del bambuco “En mi Piel” lo cual considero fundamental para el cambio de mirada hacia el exterior que irradia la música andina colombiana contemporánea.

No se puede omitir que Oí fue el ganador de la última versión del festival Mono Núñez, lo importante de ellos para el desarrollo de la música andina colombiana es ver la relevancia que la mencionada propuesta musical haya ganado el festival más importante del género, por cuanto significa que la visión de quienes califican lo que se hace, está respondiendo a las necesidades comerciales y de expansión que necesita la música andina colombiana, donde la nueva tendencia es comprendida como una manifestación de las transformaciones sociales, políticas, económicas y culturales del país. De esta manera hay un alejamiento cada vez más evidente de las visones nostálgicas narradoras de las dinámicas rurales propias del contexto cultural del país a mediados del siglo XX.

Es por todo lo anterior que celebro que haya propuestas musicales contemporáneas dentro de la música tradicional de la zona andina colombiana, que inviten y difundan un nuevo pensamiento lleno de fusiones bien hechas, con letras alegres y versiones de clásicos con un toque especial que da gusto escuchar, GRACIAS Oí… Un Abrazo Apreta´o

sábado, 7 de noviembre de 2009

¿QUÉ HACER CON LA BANDERA?

Continuando con el análisis de lo vivido en el Concurso Nacional del Bambuco Luis Carlos González, quiero hacer mención de un hecho que para muchos puede no tener trascendencia, pero que para otros puede ser un irrespeto a los símbolos patrios, y fue lo sucedido al finalizar la interpretación del bambuco Mi País de Guillermo Calderón, por parte del conocido dueto Mejía y Valencia, cuando uno de los miembros del dueto tiró la bandera de Colombia hacia el techo en una aparente exaltación a la patria, pero hay varias interpretaciones que se pueden dar al respecto, dado que tirar uno de símbolos nacionales hacía arriba como cualquier otro pedazo de tela genera mucho que discutir a favor o en contra. Y es precisamente sobre ese tema, por la posibilidad de distintas interpretaciones que se le pueden dar que quiero discutir un poco hoy.


Quien tira la bandera hacia arriba podría decir que es una forma de expresar su sentimiento de amor patrio, después de una canción que habla del país, en una estrofa que defiende lo colombiano cómo:

Es un canto de Selva rugiente y plena
Que no se deja, que no se deja
Cuando la Vida hay que defenderla,
Es sonrisa de Niño, Ciudad, Vereda
Sudor de Hombre, Mujer que espera
Mi Patria toda, es Colombia entera.

Pero para quien lo observa y analiza detalladamente el resto de la canción  puede significar algo totalmente diferente toda vez que  ve ese mismo bambuco como una crítica al los problemas sociales de Colombia como se aprecia en:

Oh, mi País… algo que llevas dentro
Te hace morir a fuego lento;
Cuando vuela en pedazos cada Ciudad
Cuando el veneno blanco se va esparciendo
Cuando en tu nombre reina la impunidad
Cuando tus Hijos van desapareciendo;
Como duele… oh, mi País…

Y siguiendo este segundo sentido de la canción no habría porque celebrarla tirando la bandera al aire, además que surge el cuestionamiento, ¿Es la bandera del país un pedazo de tela que se puede tirar hacía cualquier lado, por más alegre que se esté y por más que se quiera a la patria? En mi visión no, creo que es un símbolo patrio y como tal hay que respetarlo, por lo tanto no debe ser implemento para juegos sin importar el fin de los mismos, es más, esto me lleva a plantear algo que hace mucho tiempo he venido pensado y es que en Colombia no se respetan los símbolos patrios, el caso más sencillo es ver el comportamiento de las personas cuando escuchan el himno nacional, en múltiples ocasiones se les ve cantar con displicencia o hacer cosas diferentes cuando este suena, para verlo solo basta ver un partido de futbol por televisión y ver el comportamiento de jugadores y comentaristas deportivos durante el himno nacional.

Volviendo al tema inicial, creo que la bandera representa un símbolo de lo colombiano, -ya que no se puede hablar de una identidad nacional en el país, porque esta no se ha logrado construir- y por lo tanto hay que respetarla y no debe ser tratada como un objeto más. Además creo que respetar los símbolos patrios es un deber del ciudadano, obviemente no lo estoy exponiendo en términos morales, ni de ideología conservadora sino, como una necesidad de replantear muchos de los comportamientos en lo cuales puede residir la causa que la identidad nacional colombiana sea tan híbrida y difícil de desentrañar, ya que no valoramos la importancia de cada uno de los símbolos patrios que configuran los procesos de construción de identidad.

Para concluir, quiero manifestar que mi inquietud sobre este tema nacio a partir de una conversación supremamente interesante y valiosa, con una mujer que ha hecho un apote a la música andina colombiana importantísmo, no solo con una voz extraordinaria sino que las canciones que interpreta son todas de un sentido social altísimo. Silvia, mil gracias




martes, 3 de noviembre de 2009

CONCURSO NACIONAL DEL BAMBUCO, ACIERTOS Y CRÍTICAS


En mi reciente participación como espectador, pero con una visión más analítica que simplemente ir a ver grupos y solistas interpretar la obra del maestro Luis Carlos Gonzales y de otros autores, he logrado encontrar algunos puntos críticos y otros positivos acerca del concurso. Dicho análisis me ha ayudado a hacer sacar unas conclusiones, o por lo menos unas ideas frente a lo que vi y percibí durante dos días.


Primero que todo, vi que es un concurso que tiene una línea muy tradicional, empezando por la decoración del escenario, que simulaba un camino rural y en el medio había una foto tamaño real de un arriero, esto puede ser interpretado fácilmente como una intención de revivir las añoranzas de unos caminos y una forma de vida rural, que ya no volverán. Esto es esa visión bucólica tradicional que se encuentra en el folclor andino colombiano donde se olvidan que muchas de las problemáticas actuales del país que son de carácter urbano. Además, resulta curioso ver que algunos de los asistentes portan poncho y sombrero mostrando otro elemento simbólico de tradición, toda vez que esa es la vestimenta de los campesinos colombianos de la zona andina, esto generaría una pregunta ¿Por qué lo hacen? Ya que muchos de dichos asistentes poco saben de la problemática agraria del país, como para sentirse identificados con lo que significa ser realmente campesino. Y por funcionalidad poco creo ya que estar dentro de un teatro en las horas de la noche un sombero y poncho son poco útiles, al final esto es expresión de un pensamiento tradicional, sin conciecia de lo que ello significa.

Desde mi perspectiva, hubo un hecho que pareció reprochable y falto de respeto para con los intérpretes y algunos de los asistentes, es que algunos de los miembros de la fundación celebren efusivamente algunas interpretaciones más que otras, lo cual se presta para pensar que hay predilección de unos artistas sobre otros por parte de la fundación organizadora del concurso, y como organizadores deben ser neutrales, o por lo menos disimularlo un poco.

Y para finalizar a parte crítica de mis análisis del concurso, quiero expresar públicamente mi reclamo sobre el premio segundo puesto de solistas, ya que si bien el intérprete tiene una buena voz, el hecho que se le haya olvidado el fragmento de una canción en dos ocasiones: una en la semifinal y otra en la final, reviste una falta grave en cuanto a interpretación se refiere y lo más grave en mi criterio es que hayan dejado por fuera de la competencia a Silvia Bibiana Ortega, una intérprete de excelente calidad, dado que tiene una gran trayectoria dentro de la música andina colombiana ya que hizo parte del dueto Las Zurronas, de amplio reconocimiento dentro del medio, además de hacer parte actualmente de un proyecto supremamente valioso como es el trío femenino SECRETO A VOCES. Pero darle el premio a alguien que cometió dos crasos errores en dos interpretaciones diferentes, daría para descalificación y más cuando tenía como competencia dos intérpretes de altísima calidad, la verdad eso deja mucho que pensar, espero que la decisión no haya sido por elementos de machismo dado que en ese concurso ya han triunfado mujeres intérpretes como Niyireth Alarcón y el Dueto Primavera.

Lo importante y de resaltar del Concurso Nacional del Bambuco Luis Carlos Gonzales es que tiene una organización supremamente buena, permiten que los medios hagan difusión del concurso, también hay que decir que la región (eje cafetero) necesita este tipo de eventos toda vez que no tiene muchos en comparación con departamentos como el Valle de Cauca o Santander. Así mismo dicho evento tiene una identidad propia que le da diversidad a los concursos y a los festivales del género en Colombia, ya que no todo debe ser de línea actual, también hay que dejar espacio para los concursos que buscan conservar el recuerdo rural del país de 6 o 7 décadas atrás.