martes, 9 de marzo de 2010

MÚSICA JÓVEN

Hace casi tres años cuando empecé a viajar por algunos de los festivales del país, me llamó supremamente la atención la poca asistencia de jóvenes a dichos festivales, mientras que los músicos que están haciendo música andina colombiana es gente joven, entonces me suscitó una serie de cuestionamientos que hoy espero que sean ampliados porque hallar respuestas concretas me es imposible.

Nunca olvido la imagen que tuve la primera vez que fui al Concurso Nacional del Bambuco Luis Carlos González en Pereira en el año 2007, una cantidad de señores y señoras de 45 años hacia arriba mientras que los jóvenes que asistíamos como espectadores nos podíamos contar en la palma de la mano, pero cuando vi a los intérpretes era en su gran mayoría gente joven, lo cual marcaba un contraste inmenso entre quienes hacían la música y quienes la escuchábamos, entonces desde ese día me vengo cuestionando sobre el porqué de dicho contraste.

Se podría plantear que el problema reside (como muchas veces se ha dicho aquí) en la difusión, también se podría acusar al enclaustramiento de los festivales y de emisoras culturales que sufre la música andina colombiana, así mismo a la falta de una políticas públicas trabajen por la construcción cultural del país, a partir de la promoción de sus representaciones culturales, así mismo, se podrían formular cientos de causas del porqué del reducido número de jóvenes que escuchan la música de la zona andina del país comparativamente hablando con las músicas de otras regiones como el caso del vallenato.

Pero el punto no es hacer críticas inertes sobre lo que no se tiene poder para transformar, sino preocuparse por demostrar que la música andina colombiana si puede ser de pertinencia y del gusto de personas de todas las edades y no como muchos erróneamente piensan que esta forma musical es solo para “viejitos”.

Cuando se escuchan propuestas musicales como las de Septófono, Niyireth Alarcón, Voz con Dos, Luz Marina Posada, Música para El Pie Izquierdo, Oí, Lluvia y Rocío, Tama, entre muchísimas propuestas más, se encuentra que se ha generado un nuevo discurso urbano, donde se narran historias en las que cualquier persona se puede ver reflejado, cosa que no pasa con las propuestas musicales de duetos de 50 años atrás, donde se hablaba casi siempre desde un contexto rural, el cual en su época era el predominante, pero hoy cuando han cambiando algunos de esos contextos –sin demeritar lo rural del país- las transformaciones a un mediano pensamiento urbano también se están planteado en los ritmos autóctonos, de allí que lo que se hace en música andina colombiana no sea necesariamente para adultos mayores.

Las nuevas narrativas, los nuevos contenidos musicales y el innegable aumento en la calidad, hacen que la música andina colombiana sea una propuesta para gente joven. Por eso la invitación que hoy les hago desde aquí es a conocer nuestras propuestas para que algún día la gente deje de asombrarse porque a alguien menor de 40 años se confiese admirador y fiel promotor de la música andina colombiana.

1 comentario:

  1. SALUDOS... Y DE NUEVO FELICIDADES!!!!
    QUISIERA QUE SE PUDIERA AMPLIAR EL TEMA DE LOS CONTEXTOS RURALES Y URBANOS ENTRE EL GUSTO QUE PUEDA GENERAR EN LA MUSICA; ME PARECE DE VITAL INTERES DESARROLLAR ESTE TÓPICO, PORQUE ¿SE PUEDE COMPROBAR QUE LA MUSICA ANDINA NO TENGA TANTA ACEPTACIÓN POR EL PUBLICO EN GENERAL (jóvenes mayoritariamente) POR SU DERIVACION DE AMBIENTES RURALES?, ¿Y QUE EL REGGUETON SI? O ¿ES UNA EXCUSA? o ¿cual es la razon?.. RICO AMPLIAR ESTO... GRACIAS ANDRÉS..

    SALUDOS... UCHI

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