sábado, 18 de abril de 2020

CARIBE: MÚSICA, SONIDOS Y CULTURAS


Para nadie es un secreto que Colombia es un país sumamente diverso no solo desde lo geográfico, sino en lo cultural. Cuando se analiza cada zona del país en su interior se encuentra que ahí mismo también hay división de culturas. En este texto quiero hablar de las divisiones culturales al interior del caribe colombiano a partir de la música, tomando como punto de partida que el caribe es más que vallenato.

El crecimiento comercial del vallenato en los últimos 30 años trajo consigo un reconocimiento nacional que se evidenció en series de televisión, grupos de vallenato del interior, los intérpretes de vallenato como personajes importantes en la en los medios de comunicación nacional. Es decir, el vallenato tuvo un impacto enorme cultura popular colombiana, pero a su vez empezó a crear un imaginario que la costa caribe solo era género musical.  Aspecto que es totalmente errado, porque si algo tienen la costa norte de Colombia es una cantidad de manifestaciones musicales muchas ancestrales como la música de gaitas y otras contemporáneas como la champeta. Esta última está categorizada como una de las músicas colombianas porque nació en el barrio bazurto en Cartagena y se fortaleció con el fenómeno de picotero.

Para comprender la diversidad musical de la costa norte colombiana es importante ver la película de 2009 Los Viajes del Viento del director Ciro Guerra, quien con una maravillosa historia muestra una cantidad manifestaciones musicales donde el vallenato es solo la punta del Iceberg. En este enlace está completa https://www.youtube.com/watch?v=Ns8ZHoWw8WE. Viéndola se comprende los formatos, los instrumentos pero sobre todo la cantidad de variedad musical que habita en la zona norte de Colombia desde una perspectiva cultural.

Hacer el reconocimiento cultural de la diversidad del Caribe colombiano, sin duda contribuye a ampliar las perspectivas en las percepciones que se tienen del país, así como en algún momento se logró entender que lo colombiano era más que lo andino. Que en los litorales, y en los llanos hay unas construcciones culturales que también resultan tener el concepto de lo propio.

Como conclusión, puede decirse lograr entender lo colombiano desde la diversidad es un paso importante para la elaboración de un concepto de identidad nacional, que vaya más de los símbolos (populares, institucionales o regionales) para realmente construya un proceso de comprender un concepto que aún hoy resulta confuso, inestable y manipulado.

Para finalizar, quiero invitarles a escuchar los podcast "Aprendamos de nuestras músicas en Tiple Colgado" que estoy haciendo para generar un proceso de conocimiento compartido de las músicas colombianas. Así mismo, los invito a darle like a la página de Tiple Colgado en Facebook para que estén pendientes tanto de las entradas del blog como de los podcast. No olviden suscribirse al canal de youtube. 
https://www.youtube.com/watch?v=gCG62gg8Oks&t=4s

viernes, 10 de abril de 2020

PERSPECTIVAS SOCIALES DE LAS MÚSICAS COLOMBIANAS


Cuando hace más o menos de dos años me invitaron a hacer parte de la emisora virtual Folklore Radio con un programa asociado al nombre de mi blog Tiple Colgado empecé a buscar una frase que definiera un poco la intención que deseaba darle al programa. Frase que a la postre resume el trabajo de fondo que hago con la difusión de la música tradicional colombiana desde más de 10 años. La frase perspectivas sociales de las músicas colombianas, resume la unión entre mi formación académica como sociólogo con la pasión por las músicas tradicionales del país, especialmente la música andina colombiana. Pues bien, en este texto haré una breve disertación sobre la necesidad de ir más allá de lo musical en las mencionadas músicas.

Hay que tomar como punto de partida que la música es una construcción cultural, la cual es tan dinámica como la sociedad misma, para nadie es un secreto la estrecha relación entre los cambios socioculturales y grandes fenómenos musicales. El ejemplo más sencillo es el rock, si bien tenía antecedentes en el Charleston, jazz y el blues, es todo el movimiento social de los 60 es quien lo dispara como música rebelde, no se puede olvidar que el rock fue la banda sonora de los movimientos sociales del 68 en todo el mundo. Si bien había otras músicas en la escena del movimiento social, el rock representaba a los jóvenes de esa generación en cientos de aspectos expresados en los sonidos eléctricos del rock.

Las músicas colombianas tampoco son ajenas a la realidad en la cual se han desenvuelto, por ejemplo; no es gratuito que el papel proactivo de la mujer en la música se haya disparado finalizando los años setenta en medio de la revolución femenina. Así como la relación de los grandes duetos de la música andina colombiana con el contexto rural predominante del país en los años cincuenta. Tampoco se puede desligar el aporte en la descripción de dinámicas de trabajo que realiza la música llanera.

Sin lugar a dudas, la mayor expresión del estrecho vínculo entre música y sociedad está en la tri-etnicidad que se evidencia en los formatos tradicionales de los grupos de todas las músicas colombianas. Ya que la percusión en todos los casos tiene origen africano, así como los instrumentos de origen europeo aparecen en todas las expresiones musicales del país. Y la herencia indígena se hace presente en instrumentos como la guacharaca (normalmente utilizada en el vallenato y la carranga), las sampoñas, la flauta de millo, entre otros tantos. Y que siempre están mezclados, dando cuenta sonora de la unión de tres etnias que en Latinoamérica se fusionaron para crear una sociedad.

Tomando en cuenta todo lo anterior es que a partir de este momento los textos publicados en este espacio van a ser eso, perspectivas sociales de nuestras músicas que buscan generar un espacio de diálogo entre músicos, investigadores, amantes de la música y todo quien desee hacer parte de una conversación interdisciplinar que pueda de alguna manera responder a las necesidades de visibilización de debates que a menudo se dan en grupos cerrados. ¡Sigan!