Después de llevar algo más de 10 años de escuchar música andina colombiana de las más diversas formas y tendencias, he encontrado canciones sobre variados temas, los típicos como amor y desamor, algunos prosaicos y divertidos como a la nigua o los hombres pobres, como es el caso de ese clásico pasillo volia´o “El Pelagatos”, también se encuentra un tema de evocación permanente, como es el caso de canciones dedicadas al país y su conflicto, y otras tantas sobre diferentes temas, entre todas se encuentran unas más agradables al oído que otras, unas que hacen erizar la piel tanto por la letra como por la propuesta musical, como también se hallan aquellas canciones que nada producen y que hasta molestan. Pero sin lugar a dudas, hay un tema sobre el cual todas las canciones que escucho -que no son pocas- encuentro una riqueza no solo musical, sino en la calidad de la letra, donde se expresa una cantidad de sentimientos generados por un objeto: el Tiple, uno de los instrumentos del folclor colombiano por excelencia y es precisamente sobre lo cual se va a hablar en el presente artículo para dar inicio a este “Tiple Colgado”.
Se podría hacer una reseña sobre las múltiples canciones que son dedicadas a este instrumento colombiano de 12 cuerdas, más pequeño que la guitarra y sonido armónico. Pero resultaría algo tedioso tanto para el escritor como para el lector citar un montón de canciones que hablan de el mencionado instrumento, por eso quiero plantear la importancia del tiple desde otros espacios.
Si se aborda la importancia del tiple en términos culturales, se va a encontrar como muchas de las expresiones andinas fueron enriquecidas por el tiple, como es la trova, la cual tiene un sabor especial si es acompañada por dicho instrumento -con guitarra suena diferente-, además el hecho que tanto el bambuco como el pasillo y los otros ritmos andinos colombianos, tengan características propias que se construyen por la riqueza musical que permite un sonido de 12 cuerdas, ya sea empleado como de acompañamiento puesto que es el caso de la utilización en departamentos como Antioquía, Caldas, Quindío, Risaralda Tolima, Cauca y Valle del Cauca o como instrumento que lleva la armonía como es el caso de Boyacá, Cundinamarca y los Santanderes, ya sea en cualquiera de ambas funcionalidades musicales del instrumento, el tiple compone un elemento fundamental de una identidad cultural andina del país y de allí su importancia no solo musical sino cultural. Debido a que hay que tener en cuenta que el instrumento al cual se le está haciendo referencia es de construcción puramente colombiana.
Aunque en Latinoamérica hallan otros instrumentos con similares características, el tiple es particularmente diseñado por los campesinos e indígenas colombianos hace varios siglos atrás.
Con todo lo anterior se quiso simplemente explicar el porqué el nombre de este Blog. Porque el tiple hasta colgado da para decir muchas cosas y porque no solo la música quiere y necesita de un tiplecito, de esos que tocan bambucos y cantan pasillos viejos, sino que la cultura también necesita interpretarse con 12 cuerdas.
Se podría hacer una reseña sobre las múltiples canciones que son dedicadas a este instrumento colombiano de 12 cuerdas, más pequeño que la guitarra y sonido armónico. Pero resultaría algo tedioso tanto para el escritor como para el lector citar un montón de canciones que hablan de el mencionado instrumento, por eso quiero plantear la importancia del tiple desde otros espacios.
Si se aborda la importancia del tiple en términos culturales, se va a encontrar como muchas de las expresiones andinas fueron enriquecidas por el tiple, como es la trova, la cual tiene un sabor especial si es acompañada por dicho instrumento -con guitarra suena diferente-, además el hecho que tanto el bambuco como el pasillo y los otros ritmos andinos colombianos, tengan características propias que se construyen por la riqueza musical que permite un sonido de 12 cuerdas, ya sea empleado como de acompañamiento puesto que es el caso de la utilización en departamentos como Antioquía, Caldas, Quindío, Risaralda Tolima, Cauca y Valle del Cauca o como instrumento que lleva la armonía como es el caso de Boyacá, Cundinamarca y los Santanderes, ya sea en cualquiera de ambas funcionalidades musicales del instrumento, el tiple compone un elemento fundamental de una identidad cultural andina del país y de allí su importancia no solo musical sino cultural. Debido a que hay que tener en cuenta que el instrumento al cual se le está haciendo referencia es de construcción puramente colombiana.
Aunque en Latinoamérica hallan otros instrumentos con similares características, el tiple es particularmente diseñado por los campesinos e indígenas colombianos hace varios siglos atrás.
Con todo lo anterior se quiso simplemente explicar el porqué el nombre de este Blog. Porque el tiple hasta colgado da para decir muchas cosas y porque no solo la música quiere y necesita de un tiplecito, de esos que tocan bambucos y cantan pasillos viejos, sino que la cultura también necesita interpretarse con 12 cuerdas.
Un amigo me pidió el favor de transmitirle este mensaje:
ResponderEliminar"Yo conocí el tiple por allá a comienzos de los años setenta, en el Barrio Manrique, de Medellín. A Antioquia lo llevo don Fermín Salazar, un ganadero que tenía plata y hacía constantes viajes a una finca que tenía en el Tolima. ¿O era el Huila? Ya no recuerdo bien. El caso es que un día mi mamá, que era la empleada de don Fermín, me llevó el instrumento a la casa, diciéndome que se lo había regalado el patrón porque sabía que a mí me gustaba la música. Desde entonces no lo suelto y ha sido clave para componer temas de éxito como "Nadie es eterno" y "Me tiré el matrimonio". Gracias a usted, señor Gómez, por abrir este nuevo espacio para quienes amamos el folclor nacional. Y al tiple, por supuesto".
Darío Gómez
Pues con ese dato queda comprobada la involución de su amada música popular, la cual en sus inicios tenía elementos músicales interesantes como la integración del tiple dentro de la música conocida como "raspa" y la música "de Carrilera" donde había un sentido más amplio que el amor y el desamor, lo cual es totalmente diferente a ese demonio que usted tanto ama señor Franco.
ResponderEliminarLa "raspa" es de un corte más alegre y musicalmente más completa que lo que hoy se entiende por música popular, oiga, compare y comprenderá lo que digo.
No entiendo Sr Gomez Ospina, acaso ese no es el Dario Gomez del pueblo???
ResponderEliminarYo toque tiple hasta los 19 años, cuando despues de tocar miles de puertas buscando apoyo para armar grupos musicales de music colombiana, yq ue nadie me dira la mano decidi dejar se hermoso instrumento.
Ud tiene forma de tener contacto directo con el maestro Dario??