Resulta común, pero no menos preocupante ver como cada vez más, -y con más frecuencia e intensidad- se muestra un estilo de vida en medio de carros lujosos, caballos de paso fino y mujeres voluptuosas que son solo un adorno para un hombre se sombrero ancho, con pinta de “Chico Marlboro” criollo (mezcla entre Chuck Norris y Gali Galeano) que es la encarnación de toda visión del mundo de dinero fácil y de la mujer como objeto sexual, imagen trasmitida por los procesos de crecimiento del narcotráfico en el país. Pero resulta aun más preocupante cuando son los medios de comunicación son quienes más difunden, con un mensaje de doble moral reprochable toda vez que después de mostrar todo el poder, lujo y ventajas sobre otros que puede dar el dinero este estilo de vida, plantean que es malo dicho estilo de vida, pero no se necesita tener más de tres dedos de frente para percibir que realmente hay una apología a la “cultura traqueta”.
La música no ha escapado a ser reflejo de las ansias de una vida fácil, que niega los parámetros de los valores sociales enmarcados en la legalidad, y los traspone por unos nuevos valores sustentados en lo ilegal. El caso más visible es la música popular, donde no hay video en que no se vea al o la protagonista montando a caballo, tomando Whisky y con una camioneta a un lado o en su defecto en un carro convertible último modelo lleno de mujeres en vestido de baño. Lo cual puede interpretarse como una muestra que la “cultura traqueta” es una expresión popular del país legitimada por el narcotráfico, pero esto conlleva a la pregunta: ¿Qué connotaciones tiene para quienes no hacen un análisis de lo que están viendo y escuchando? Pues puede generar que se aumente el número de personas que crean en la posibilidad de alcanzar sus metas en la ilegalidad o en otras palabras que hayan más mafiosos. Y si se analiza el aumento del narcotráfico en el eje cafetero, donde la música popular ha tenido mayor auge que en el resto del país, y que los intérpretes de dicho género musical son en esta zona da pie para algunas perspicacias que busquen una relación entre aumento del narcotráfico y el mensaje que simbólicamente transmite la música popular.
Aunque no solo es la música popular hace apología simbólica al narcotráfico, la denominada música norteña, hace referencia directa al tráfico de estupefacientes, para demostrarlo solo basta escuchar canciones como “La banda del carro tojo” o “La cruz de marihuana” siendo esta última una muestra del imaginario cultural del narcotraficante, dado que allí se habla de finos licores, droga, armas, mujeres y música norteña. Lo cual es una invitación a la ilegalidad en la medida que al éxito económico se puede llegar rápidamente por medio de la ostentación del narcotráfico.
Para terminar, quisiera volver al papel de los medios de comunicación en todo el proceso de reproducción de la “cultura traqueta”, ya que hay una sobre exposición de programas que relatan la vida de un mafioso, con el pretexto de mostrar la realidad nacional, pero como único trasfondo el interés comercial dado que desafortunadamente este tipo de programas tienen altos índices de audiencia y esta no es invitada a discernir sobre los mensajes implícitos del programa, solo se les incentiva a consumir y a reproducir la cultura traqueta.