“Cuando llegué con mi maleta llena de sueños, dudas y expectativas, un amigo de esos que lentamente se van volviendo de mil batallas, me presentó a un hombre que reposaba en una cama al cual no le podía el rostro por la oscuridad de la habitación, apenas me dijeron “le presento al maestro” abrí los ojos con profunda expectativa, y desde ahí presentí que ese maestro me iba guiar en la compresión del bambuco”.
En mi visita al festival de duetos de Ibagué, conocí personalmente a una persona que le aportó muchísimo a mi proceso de conocimiento de la música andina colombiana, así mismo de poder contar con la compañía de un buen conversador, de la persona que estoy hablando es del Maestro Ancizar Castrillón uno de los compositores contemporáneos de la música andina colombiana más importantes.
¿Pero qué canciones ha compuesto? Preguntarían muchos de mis lectores, son muchísimas pero las más recordadas pueden ser: La Guaca, Mi Tiple Confidente, A Cambio, El Bambuco es Así, por mencionar solo 4, el caso es que la obra del maestro Ancizar, tiene componentes nuevos, historias urbanas, formas de narración diferentes a las tradicionales, es el tipo obra que se ha denominada en muchas ocasiones en este blog, la línea contemporánea de la música andina colombiana, por las posibilidades de transformación en las formas tradicionales del mencionado género musical.
Después de escuchar muchas de las canciones de la autoría del maestro y al conocer un poco de su vida de compositor, me resulta imposible no compararlo con el gran maestro Luis Carlos González, (compositor de La Ruana) -obviamente guardando algunas proporciones de contexto- es que ambos escriben narrando algunas de sus realidades, ya sea al amor, al desamor o al país, también hay una coincidencia que me llama poderosamente la atención es que ambos buscan a músicos para que arreglen melódicamente sus composiciones, en la caso del maestro Ancizar uno de sus grandes acompañantes en composición en los últimos años ha sido el maestro Fernando Salazar con el cual ha compuesto canciones maravillosas como “A Cambio”, “El Bambuco es Así”, “Soy”, y mi favorita “A Nadie”. Y una coincidencia quizás no tan trascendente es que ambos son oriundos del eje Cafetero, el maestro González era Pereirano, y el maestro Castrillón es de la ciudad de Armenia.
Cuando se conversa con el maestro inmediatamente se percibe a una persona que vive por la música andina colombiana, y que así mismo tiene la capacidad de hacer críticas de carácter constructivo y sumamente respetuosas tomando algunos elementos de análisis de lo que pasa actualmente con las personas que califican, las que componen y las que interpretan la música folclórica de la zona andina del país. Y con base en esos argumentos sustenta las críticas.
Quisiera terminar este pequeño tributo a para quien es en mi criterio uno de los mejores compositores contemporáneos en la música andina colombiana, y el más importante autor de la música vocal en el eje cafetero, diciendo que aparte de un gran compositor es una gran persona que se interesa por difundir la música andina colombiana y procura enseñar sobre ella cada que habla con sabiduría al respecto. Con esto quiero darle las gracias maestro por todas sus enseñanzas durante este fin de semana lleno de folclor y nuevas experiencias que usted enriqueció de manera significativa. Mil y mil gracias maestro.